Municipios como Neiva, Aipe y Rivera, registraron víctimas del grupo delincuencial ‘Los Legendarios’, que operaban desde las cárceles La Picota de Bogotá y La Picaleña de Ibagué. Dos mujeres de la capital opita hacían parte de los 11 individuos que se encargaban de hacer los cobros y direccionar el dinero a sus cómplices. Las extorsiones se hacían mediante llamadas telefónicas haciéndose pasar como integrantes del GAOR o bajo la famosa modalidad del ‘tío tío’, suplantando a las autoridades.
La oportuna denuncia de cinco personas en los municipios de Neiva, Aipe y Rivera, dieron camino a una investigación judicial que se adelantó durante 9 meses, para lograr desarticular una inmensa red criminal que se dedicaba a la extorsión en diferentes ciudades del país.
Se trata del grupo delincuencial denominado ‘Los Legendarios’, quienes operaban desde las cárceles La Picota de Bogotá y La Picaleña de Ibagué. Según el material recolectado por el Grupo Antisecuestro y Antiextorsión GAULA de la Policía Metropolitana de Neiva, que lideró el operativo en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, varias personas privadas de la libertad se encargaban de maquinar las estrategias, con las cuales lograban recaudar grandes sumas de dinero.
Mediante interceptación de comunicaciones, búsqueda selectiva en bases de datos, entrevistas y estudios contables, se permitió determinar la presunta responsabilidad de nueve mujeres y dos hombres en la comisión de los delitos de concierto para delinquir con fines de extorsión, y extorsión agravada.
Procesados
Dos de las 11 capturas se hicieron efectivas en la capital del Huila así; una en el centro comercial Los Comuneros y la otra en inmediaciones del barrio Bogotá, comuna Seis de Neiva. Las involucradas fueron identificadas como Sandra Medina, de 46 años y Yerli Cachaya, de 32 años.
Por otro lado, fueron detenidas Joana Martínez, María Forero, Milena Vega y Diana Baquero en Bogotá, como también Diego Sinisterra, Cesar Mejia y Rutby Vergara en Ibagué. Los dos últimos arrestos fueron los de Karol Rodríguez en Armenia y Herlinda Olarte en Soacha, Cundinamarca.
Modo de operar
Las personas anteriormente mencionadas contaban con un vínculo familiar con los internos de las cárceles, por lo que servían como recaudadores. El modus operandi consistía en que los presos llamaban a sus víctimas, principalmente comerciantes y pensionados, a quienes engañaban haciéndose pasar por integrantes del GAOR, con lo cual exigían grandes sumas de dinero. Del mismo modo suplantaban a las autoridades con la modalidad del ‘tío tío’.
“Los convictos con todo el tiempo del mundo creaban sus estrategias para engañar a las víctimas, llamaban y decían soy el comandante tal del Eln, o el comandante x de las Farc e incluso decían que hasta del Clan del Golfo y pedían también botas, armamento, municiones bajo esa retórica”, precisó el teniente Suárez, jefe del Gaula.
Llamadas extorsivas
Ellos tenían como método de comunicación, las llamadas telefónicas de WhatsApp, con el propósito de evadir los controles técnicos de las autoridades. Los procesados ya se encargaban de reclutar cuentahabientes y recaudar el dinero producto de las extorsiones que se estaban realizando desde los centros penitenciarios.
Dinero alcanzado
Asimismo, estos individuos, basados en los análisis financieros, se presume que alcanzaron a percibir en un periodo de 4 años; una suma superior a los 1.000 millones de pesos. Es de precisar que se obtuvo información en el Huila de 20 personas que consignaron, pero no denunciaron.
Los implicados fueron dejados a disposición de la autoridad competente, donde después de analizados los elementos materiales probatorios, un juez de control de garantías, decretó, medida de aseguramiento privativa de la libertad a la totalidad de los imputados; 9 en establecimiento carcelario y en el caso de Sandra y Yerli, en su lugar de residencia en Neiva.
Los fundamentos del togado para mandar a las opitas con domiciliaria, se basó en que eran madres cabeza de hogar, precisamente porque sus esposos estaban en prisión. A cargo de ellas pues estaban sus hijos, uno de ellos con una condición especial, mientras que la otra señalada habría tenido recientemente una cirugía donde le extirparon un riñón.
El coronel Juan Pablo Ruiz, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva, precisó, “el mensaje que enviamos es que ‘yo no pago, yo denuncio’, hay que hacer énfasis en eso, cuando la gente denuncia se dan los resultados, porque nuestras unidades especializadas como los hombres y mujeres de nuestro Gaula dan los resultados que se elevan cuando se ponen en conocimiento de la autoridad”.
