Justo hace un mes –en medio del arqueo de su primer año de gobierno–, el presidente Gustavo Petro le jaló las orejas a su gabinete y le lanzó un ultimátum del más alto calibre: o ejecutaban con juicio los recursos y comenzaban a darle forma a sus promesas de campaña o se iban del Gobierno. No era para menos: de cada $1.000 comprometidos, apenas $474 habían sido ejecutados. Hoy los números, a escasos 3 meses de que termine el año, siguen estando en rojo y hay carteras tan…
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