Un atroz feminicidio se registró en los últimos días en Suba, cuando un sujeto, después de tantas amenazas, cumplió la sentencia de muerte que le había hecho a su expareja sentimental, Yamile Brito Delgado (42 años), el pasado 30 de diciembre. El responsable fue enviado a prisión en la tarde ayer, pues aceptó cargos.
Q’HUBO se puso en contacto con los familiares de Yamile, quienes en medio de su dolor hacen un llamado a la justicia para que este criminal.
Amenaza tras amenaza
La dura historia de Yamile comenzó cuando sostuvo una relación por cerca de un año con Darío, pero esta llegó a su fin en el año 2020, cuando ella se cansó de los celos enfermizos que este sujeto tenía con ella. Pese a haber terminado, este hombre, dicen sus familiares, no asimiló bien la ruptura y siguió acechándola.
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“El tipo era demasiado celoso, posesivo y agresivo. Ella había salido del trabajo y él la fue a buscar y no la encontró, entonces cuando la vio con unas amigas cerca la cacheteó frente a todos, eso la afectó mucho y empezaron los problemas. Desde entonces ella ya no quería tener nada con él”, contó en medio de su dolor Jorge, hermano de Yamile.
Cuando la relación terminó, Darío la empezó a acosar y a amenazar con hacerle daño a ella y a su familia, incluso en alguna oportunidad este sujeto atentó contra la vida de Yamile.
“Siempre la acosaba, la amenazaba con el hijo, la amenazaba con matarla, que si la llegaba a ver con otro hombre los iba a tirotear. Cuando ellos terminaron, él le hizo un primer intento de homicidio. La abordó en una calle y le llegó con un destornillador. En ese momento se metió mucha gente a ayudarla, entonces esa vez le hizo una cortada en la cara. Se puso la denuncia en la Fiscalía, pero nunca pasó nada”, añadió Jorge.
Después del terrible episodio las amenazas siguieron, incluso en vísperas de Navidad. “En diciembre del año pasado le dijo que disfrutara con su hijo de 12 años lo que pudiera. Él la tenía presionada con hacerle daño a su hijo, quien era la luz de sus ojos”, contó el pariente.
Cita motal…
Según el duro relato de los familiares de Yamile, el hombre continuó siguiendo cada uno de sus pasos, pues sabía que trabajaba en una pizzería en la calle 170 y a qué hora salía y llegaba a su casa. La pesadilla de esta mujer llegó a su fin el pasado 30 de diciembre, cuando Darío cumplió su amenaza.
Yamile salió ese día a eso de las 10 de la mañana de su casa, en el barrio Toscana, rumbo a su trabajo; pero, al parecer, una llamada de Darío hizo que desviara su camino y terminara en el lugar donde este vivía, en la Transversal 126 con Calle 123, en el barrio La Gaitana.
“A eso de las 11 de la mañana él llamó a una prima mía y le dijo: ‘Ya hice lo que yo tenía pensado hacer siempre’. Entonces ella me llamó llorando y me contó, yo lo que hice fue devolver la llamada al número de mi hermana, desde donde él había llamado, le dije que me pasara a mi hermana y este me respondió que ella ya estaba descansando, que estaba en el paraíso. Me dijo: ‘la traje engañada y la muy perra cayó’”, relató entre lágrimas Jorge.
En medio de risas y música a todo volumen, el sujeto les confesó que había acabado con la vida de Yamile, pero después de esto sus acciones siguieron siendo más repudiables, pues le escribió al hijo de Yamile que ya había matado a su madre y le compartió una foto de su bolso y su ropa interior manchados de sangre.
“Le creó un trauma al niño, él está muy mal psicológicamente. Él la apuñaló y me imagino que la violó, porque los vecinos cuentan que ella gritaba y le dieron aviso a la Policía, pero ellos nunca llegaron. Entonces los dueños del lugar le golpearon para preguntarle qué estaba pasando, pero este les dijo que no pasaba nada, y pues ya todo estaba tranquilo porque la había matado”, agregó el familiar.
Con la zozobra por no saber qué estaba ocurriendo y con el corazón hecho trizas, el hermano de Yamile recibió una llamada donde Darío le decía que la entregaría a las 6 p. m. “Nosotros no sabíamos del paradero de este sujeto, a las 6 se entregó al CAI Gaitana y nosotros llegamos allí.
La Policía lo tenía resguardado, incluso tenía su celular porque nos amenazaba a través de mensajes de texto. Parecía que él era un héroe en ese lugar, pues estaba muy custodiado. Él se presentó con las pertenencias de mi hermana y allí fue donde indicó el lugar donde se encontraba Yamile”.
Al llegar al lugar donde se había perpetrado el homicidio, las autoridades encontraron una aterradora escena, un lugar totalmente ensangrentado y el cuerpo sin vida de Yamile.
El dolor y la indignación de los familiares se acrecentó cuando a Darío le dieron salida.
“Lo llevaron a la URI en Suba y allí lo soltaron porque no lo cogieron en flagrancia. Yo no entiendo por qué lo dejaron en libertad si él mismo confesó y las pruebas estaban en su contra. Al día siguiente quedó de entregarse, a las 72 horas, se entregó el 2 de enero y lo soltaron porque no tenía abogado”, puntualizó Jorge.
Mientras los dolientes esperaban el cadáver de Yamile en Valledupar, Darío hizo presencia ante las autoridades nuevamente y fue presentado ante un juez de control de garantías, quien lo envió a prisión por los delitos de feminicidio y acceso abusivo informático, por lo que fue enviado a prisión. El acusado finalmente aceptó los cargos.
“La citó en su casa y le revisó el celular. Le reclamó tras encontrar varias fotografías en las que aparecía con otras personas. Luego, la habría atacado con un arma cortopunzante en la cara, el cuello y el pecho”, informó la Fiscalía.
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