Aristides Campo Jiménez era el timón de su casa. Nació en Montelíbano, Córdoba, el 24 de abril de 1974 y creció con sus cinco hermanos abrazados en un hogar caribeño, numeroso y acogedor, que se tejió del amor y la sabiduría de sus padres José Manuel y Alis.
En su familia, Aristides era reconocido como el emprendedor. Sus hermanos y hermanas le reconocen el valor que siempre tuvo para afrontar las circunstancias difíciles de la vida, entre ellas, quedarse sin empleo por varios meses y no tener para sostener a sus tres hijas, esposa y apoyar financieramente a sus padres y hermanos. Los recibos de los servicios públicos y las demandas de la casa no daban espera, por eso comenzó a trabajar vendiendo elementos para el hogar en zona rural de Montelíbano, mientras le renovaban su contrato como vigilante con una empresa de la zona.
Aristides desapareció en el contexto del conflicto armado cuando tenía 28 años, el 26 de julio de 2001. Salió de su casa en el barrio 27 de julio y nunca más tuvieron razón de él. “El día antes de su partida yo había llegado donde mi mamá y mi papá a visitarlos, pues es costumbre visitarlos día de por medio. Compartimos esa tarde, hablamos, escuchamos música, incluso nos tomamos una cerveza y estábamos todos contentos. Fue como una despedida, pero sin saberlo”, recordó Diana Luz Campo, hermana de Aristides.
Nunca recibieron un mensaje o una llamada, la ausencia y el vacío se hacía más agudo y esto los llevó a emprender su propia búsqueda. “Cuando nos enterábamos de que había conflictos en otros lugares, mandábamos una foto para ver si reconocían a Aristides. Así hicimos por mucho tiempo. Donde decían que había muertes allá íbamos con foto en mano, porque así como lo esperábamos vivo, también sospechábamos que podía estar muerto”, explicó Diana Luz.
El cuerpo de Aristides fue encontrado en una fosa en el cementerio parroquial Jardines de Paz del municipio de Ituango, Antioquia. Como muchos otros hombres cordobeses fue reclutado por los grupos armados para engrosar sus filas y había fallecido en un enfrentamiento. Su proceso de recuperación e identificación fue una labor conjunta entre la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y el grupo de trabajo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas (GRUBE) de la Fiscalía con sedes en Medellín y Montería.
“Este es el resultado de un trabajo articulado entre las entidades que tenemos competencia en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas que conforman la Mesa Departamental de Desaparición de Córdoba, pues la muestra de ADN que permitió la identificación del cuerpo de Aristides fue tomada en una jornada conjunta que se realizó en el municipio de Puerto Libertador en 2021, y la procesó el Instituto de Medicina Legal, que identificó el cuerpo recuperado en 2022 por la Fiscalía. La entrega digna del cuerpo se realizó conjuntamente entre la Unidad de Búsqueda, que tenía la relación directa con los familiares y la Fiscalía que realizó la exhumación”, explicó Jessica Sulay Sánchez Mora, coordinadora de la Unidad de Búsqueda en Córdoba.
El trabajo articulado permitió que tras 22 de años de ausencia, recientemente la familia Campo Jiménez pudiera despedir a su hermano, hijo y padre. Entre lágrimas y palabras de dolor, el cuerpo de Aristides hoy reposa en el cementerio Montes del Líbano. “Descansa hermano, que nosotros también vamos a descansar”, dijo con la voz quebrada su hermano, Luis Eduardo Campo. Abrazaron el cofre y entrelazaron sus brazos para despedir a quien por años fue la luz de su hogar.
“Mi hermano sabe que entre los dos hubo un amor inmenso, él sabe que me quedo con lo mejor. Me ha dolido mucho su partida, pero me ha dejado muchas enseñanzas, puedo darle las gracias porque su corta vida la vivió a plenitud, luchó, rió, lloró, compartió y dio lo mejor de sí”, aseguró Diana Luz.