Cuando el jueves de la semana pasada el secretario general de la Organización de la Naciones Unidas, el portugués António Guterres, habló ante el consejo de seguridad de la entidad, lo hizo con un tono particularmente sombrío. La razón fue el desolador panorama sobre la situación de hambre en el mundo, una realidad que ya afecta a cientos de millones de personas y que amenaza con golpear a una quinta parte de los habitantes del planeta.
La confluencia de la guerra en Ucrania, los…