La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) hizo un llamado urgente a los caficultores a no descuidar la renovación de cafetales, práctica fundamental para mantener cultivos jóvenes, que a su vez se traducen en empresas más productivas, competitivas y rentables.
(Los caficultores que le apuestan a la captura de CO2).
Con apoyo del Servicio de Extensión, cifras recopiladas por la Gerencia Técnica de la FNC muestran que a la fecha el área de cafetales renovados ha disminuido 30% en comparación al 25 de octubre de cada año.
“Hoy tenemos unas 130.000 hectáreas (ha) renovadas (edad menor o igual a 24 meses) del parque cafetero colombiano, cuando debíamos llevar cerca de 168.000 ha. Los caficultores deben tener claro que estas hectáreas son las que van a responder por parte de su producción en 2024 y otra parte más importante en las cosechas de los años 2025 y 2026”, explicó Hernando Duque, gerente técnico de la FNC.
(CAF trazó hoja de ruta para el financiamiento verde en sector cafetero).
El directivo recordó que las decisiones que los productores tomen hoy afectarán los próximos años, y que el envejecimiento y el aumento de la edad promedio de los cafetales implica retrocesos en productividad.
Las cifras de la Gerencia Técnica reflejan que la edad promedio se acerca otra vez a 7 años. Duque invitó a los productores a aprovechar los buenos precios del café de este año para invertir en la renovación de cafetales, pues a mediano y largo plazo esta inversión se traducirá en fincas más productivas y rentables.
Aunque octubre no es un mes de renovación por los ciclos de producción, los caficultores pueden programarse desde ya para hacer sus renovaciones apenas termine la cosecha principal.
(Advierten sobre posibles impactos en la cadena de suministro del café).
Los productores pueden recurrir al Servicio de Extensión para tener claro, en cada caso particular, cómo programarse y qué hacer para una adecuada renovación, pero también observar las épocas correctas en las cuales adelantar esta labor.
Según proyecciones, Brasil va a tener una cosecha media-alta en 2023 y alta en 2024, lo que podría traducirse en un ajuste de los precios internacionales; de modo que el llamado es a mantener altas productividades y un buen nivel de producción en Colombia.