Con una trayectoria de casi 40 años, la empresa argentina Piersanti se viene consolidando como uno de los motores en territorio colombiano para transitar a un campo más eficiente.
Valeria Piersanti, gerente comercial de la compañía e hija del fundador, explicó los avances que han tenido en máquinas de draper, así como también, su continuidad en cabezales para cosechadoras. Habló de las expectativas que tienen con la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina.
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¿Cómo ha sido la trayectoria de Piersanti?
Desde siempre mi papá se dedicó a lo que son cabezales, mesas o plataformas para cosechadoras.
En el pueblo donde nosotros vivimos había una fábrica de cosechadoras inicialmente. Ahí comenzó toda esta historia de un emprendedor.
Siempre nos focalizamos en los cabezales para trigo, soya y frijoles. A medida de los años nos fuimos especializando. Primero se hacía una intervención técnica a los cabezales que ya existían en el mercado.
Después fabricamos nuestro propio cabezal convencional y eso fue todo en la historia de evolución de mi padre. Yo me incorporé cuando comenzó el proyecto del draper, que es el producto por excelencia que tenemos hoy y la razón por la cual estamos en Colombia.
Fuimos la primera empresa en Argentina y Sudamérica en desarrollar este sistema de cosecha a través de draper, un sistema que en el mundo ya existía.
¿Cómo han visto ese movimiento en Colombia?
Estamos en Colombia y no vinimos a vender, sino a proponerles un cambio tecnológico para lograr la eficiencia que necesitan para ser competitivos.
Todo apunta al gran potencial que tiene Colombia, la competitividad es el camino. Ahora se necesita eficiencia en toda la cadena productiva. Si invertimos en buena genética de semilla, pero después la perdemos en la cosecha, ¿para qué la invertimos?
Por eso hemos enviado cabezales en demostración, han estado trabajando en diferentes zonas y ya tenemos clientes acá, pero es todavía todo muy incipiente.
En Argentina, hace mucho tiempo trabajamos en el arroz, la soya y los frijoles y esa experiencia la trajimos acá. Tuvimos que acomodarla por tamaño, tipo de cultivo, el desafío del arroz caído que allá no tenemos y en eso es en lo que estamos.
¿Cómo ven la tecnificación del campo?
Hoy se están dando pasos en Colombia. Un ejemplo es con el draper. Pusimos a trabajar una combinada con una plataforma sin fin, perdía 350 kilos de arroz por hectárea. Pusimos el draper con dos cosechadoras iguales y dos mesas sin fin y el draper de la misma cantidad de pies, perdió 34 kilos por hectárea.
Quizás hay variables que hay que acomodar, como ponerse de acuerdo toda la cadena productiva, desde que sembramos hasta donde termina el almacenaje y la comercialización.
En el campo, hay que sacar los ‘peros’, porque siempre supera, va por encima y trasciende las realidades políticas, climáticas y demás.
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¿Están presentes en otros países de la región?
Sí, exportamos a través de distribuidores. Lo hacemos a Uruguay, Chile, Bolivia, Colombia y estamos en Kazajistán, donde hay cultivos de trigo y cebada. Estamos abriendo otros mercados en Europa.
¿Cómo va el balance?
Para Argentina somos una empresa joven y desde la creación del draper no hemos dejado de crecer. Cuando yo me incorporé éramos 25 personas, hoy somos más de 100, entre directas e indirectas. El balance es bueno, pero en Argentina tenemos inflación ahora del 20% mensual, diferentes tipos de cambio y muchísimos desafíos.
¿Cómo figura el sector en su país?
Con todo lo que ustedes saben y conocen que pasa en Argentina, el Gobierno gane o no gane la cosecha, saca el 33% de la producción. Aun así el campo es eficiente, por eso nos tuvimos que reconvertir, y venimos con este mensaje de elegir la eficiencia.
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Valeria Piersanti, gerente comercial de la compañía de maquinaria argentina Piersanti.
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¿Y con la llegada de Milei?
La llegada de Milei ha sido un cimbronazo en todas las áreas, es un joven político y creo que está dando síntomas que son positivos, sobre todo lo que tiene que ver con la reforma del Estado, la disminución del déficit. Hay que ver cómo nos acomodamos.
Esperemos, en el mediano plazo, cómo se articula la cuestión política, la economía y la situación con la población, que sobre todo son la gente asalariada, nuestros propios colaboradores de las empresas, que sufrimos muchísimo el tema de la inflación. Si eso mejora vamos a tener un mejor horizonte.
¿Cómo van las ventas?
En ventas, el 2023 fue un año con una caída importante, de 40%. No solamente nosotros, sino todo el sector de maquinaria agrícola. Este derivado de una gran sequía que afectó al campo. Este año creemos que eso va a recuperarse a partir del segundo semestre, cuando se coseche soya y el maíz, que es lo principal que producimos. En el resto del mundo hay mercados que han reaccionado mejor como Kazajistán.
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DIANA K. RODRÍGUEZ T.
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