El mal estado de la vía sigue siendo el dolor de cabeza que quienes transitan entre la comunidad de Huesito, a orillas del río Inírida, y caño Guamirza, afluente que conecta directamente con el río Guainía. Pese a que hace unos meses la Gobernación de Guainía intervino la carretera, las constantes lluvias la deterioraron rápidamente.
El corredor vial es de vital importancia porque por allí se transporta todo tipo de carga, combustible y víveres, que abastece a las comunidades y corregimientos que hacen vida en la parte sur oriental del Guainía. Incluso, es la vía utilizada para hacer efectiva la entrega de los alimentos del Programa de Alimentación Escolar (PAE).
A través WhatsApp, desde Guamirza, uno de los 12 tractoristas que recorren la fallida carretera comentó que, » la vía está en un pésimo estado, en el kilómetro dos está intransitable y tocó hacer un desvío para cruzar».
El maquinista, que pidió no ser identificado para evitar ser estigmatizado por las autoridades gubernamentales, precisó que “los de la Gobernación sí vinieron a arreglar un tramo, pero no hicieron desagües y nuevamente se encuentra en mal estado”.
Según Francisco Ochoa, ingeniero de la Secretaría de Planeación Departamental, en la vía se hizo mantenimiento con maquinaría amarilla en las zonas que presentaban afectación crítica. Sin embargo, explica que, la temporada de lluvias, el tipo de suelo y los mismos tractores (principal vehículo que transita por allí) hacen parte de los factores que deterioran la carretera.
El corredor vial tiene apenas 70 kilómetros de longitud. Para Ochoa, la solución definitiva estaría en su pavimentación, con canales de desagüe y las normas dispuestas por Invías. Toma como ejemplo la vía de Inírida – Vitina, pues ambas carreteras comparten características similares en el tipo de suelo.
Sin embargo, aún no hay fecha establecida para que eso ocurra, lo claro es que el proyecto debe ejecutarse en época de verano y paralizaría el tránsito durante la obra.
A las precarias condiciones de la vía se suman los retrasos en el puente de caño pato (ver página 5), un paso obligado para quienes transitan por el sector. A la obra aún le faltan las rampas de acceso y los transportadores siguen cruzando el afluente en un planchón que la gobernación dispuso en el mes de mayo, luego de que por el alto nivel del río un tractor fuera arrastrado caño abajo. En época de verano puede cruzarse sin problema con el agua a media máquina, pero en invierno es imposible.
Sin un panorama claro frente a una intervención aceptable en la vía, la única opción de los tractoristas es seguir luchando contra el lodazal, arriesgándolo todo para que a aquellas personas que viven en las zonas más apartadas de Guainía no les haga falta nada.
En unos meses llega el verano y los maquinistas tendrán un pequeño respiro. Andarán más rápido y sin mayores contratiempos, hasta que los aguaceros vuelvan a parecer.