Era comprensible que el presidente Gustavo Petro saliera a la calle y se mostrara vehemente en la defensa de las reformas sociales que, por ahora, tambalean en el Congreso.
La crisis política creada por la batalla de poder entre dos de sus alfiles más estimados -Laura Sarabia y Armando Benedetti- lo obligaban a buscar un escenario en donde siempre se ha sentido cómodo. La sorpresa vino, entonces, por el tono y los nuevos frentes de batalla que abrió y los problemas que eludió.
Por…