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El problema del Olaya, ya tocó otras fibras

Consumidores

El economista e historiador Walter Benavides, aportó datos valiosos para la reconstrucción de la historia e importancia del Parque para la ciudad que se entrelazan a continuación: “Hace un siglo, Pereira limitaba al norte con el río Otún y al sur con la quebrada Egoyá. Al otro lado de la quebrada estaba lo que conocemos hoy como parque Olaya Herrera que era un terreno baldío llamado ‘Contadero de Egoyá’, un tambo donde pernoctaban los animales y viajeros que llegaban a la ciudad hasta 1921”.

El Ferrocarril de Caldas irrumpe en la ciudad, porque desde Puerto Caldas llegaba a Pereira, en su paso hacia Manizales. Por lo que el Concejo, ordena se construya la Estación (donde está hoy) en el lote del Contadero. Se dejaron entonces frente a la Estación, cinco manzanas espacio destinado a ser un gran parque. Para los años 30, Pereira ni siquiera se perfilaba como la gran urbe que es hoy. La década empezó con el cuatrienio presidencial de Enrique Alfredo Olaya Herrera, un liberal concertador, muy afín a lo que ha sido también la ciudad. “Para 1932, se anunció la visita a la ciudad del presidente y con el fin de congraciarse y buscar recursos para la construcción de ese gran parque, se ordenó nombrarlo ‘parque Olaya Herrera’”, concluye el historiador.

Casi 40 años después, cuando Pereira ya era la capital del recién creado departamento, un edificio moderno que todavía impacta se volvió vecino del Olaya, la Gobernación de Risaralda no pudo estar mejor pensada en un sitio tan representativo de la ciudad, porque ahí comienza el trazado de la Calle de la Fundación que conecta directamente por toda la calle 19 con la Plaza de Bolívar.

Los consumidores se enfrentan por quién compra y vende o tiene alguna deuda con el jíbaro del sector.

Cuatro cuadras de miedo

Los ciudadanos se acostumbraron a que en el Centro hay que andar a cuatro ojos, pero los comerciantes no soportaron más, se unieron y desplazaron su ‘problema’ hacia abajo para las carreras quinta y cuarta o bien para El Victoria y El Olaya, pero allá sí, lo que las administraciones tenían naturalizado en el Centro, se visibilizó con fuerza y violencia, porque que a plenas 4:00 de la tarde le roben el bolso a una funcionaria de la Gobernación, eso ya dice mucho.

Son cientos de ciudadanos que atraviesan en cámara rápida entre una estación y otra, decenas de pereiranos haciendo ejercicio con el aire contaminado por el olor de la marihuana que no es para nada agradable y muchos los niños que tienen que ver cómo los descamisados o ‘locos’ se enfrentan a cuchillo a plena luz del día, sin que la Policía pueda hacer mayor cosa, porque los consumidores se excusan en una dosis personal que realmente es la décima del día y mientras no estén en una contravención no hay nada por hacer. Lo mismo pasa con las armas blancas que se incautan por ‘costalados’, pero un habitante de calle convierte cualquier cosa en un arma en tan solo minutos.

Hablan las autoridades

Para tratar de entender lo que pasa en el parque Olaya, se buscó la respuesta de la secretaria de Gobierno Karen Zape, quien aportó que “En el parque Olaya, se nos viene presentando una novedad hace más o menos dos meses, no sabemos por qué algunos de los consumidores y habitantes de calle se nos ha dirigido a la zona verde al lado de Megacable, esa situación la conocimos por alerta ciudadana. Cuando hemos hecho una intervención bien especial ahí, caracterizada, verificada, conversada, con policía, algunas de las manifestaciones que nos han hecho los jóvenes es que ellos ya tienen permiso del presidente de la República para estar en espacios públicos consumiendo”.

Recorridos de la Policía.
La Policía en sus recorridos está maniatada y no puede ir más allá, porque ‘Hecha la ley, hecha la trampa’.

En este sentido se debe especificar que la Sentencia C-127-23 (27 de abril) fue el resultado de la demanda interpuesta en contra de un artículo de la Ley 1801 de 2016 o Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, porque establece una limitación al ‘Porte y al consumo de sustancias psicoactivas, en general, que cobija la dosis personal, en los parques, áreas y zonas del espacio público, sin ninguna exclusión’, bajo la premisa del libre desarrollo de la personalidad y los fines médicos y terapéuticos.

Si bien hay ambigüedad, se sabe que el derecho general prima sobre el particular, que los pacientes pueden llevar consigo la orden médica y que a simple vista, un enfermo de cáncer no va a estar a las 6:30 de la mañana en el parque Olaya, rodeado de malvivientes, con un bafle a todo volumen y mezclando su dosis con perico y quién sabe cuántas cosas más.

La Corte resaltó la pertinencia constitucional de observar el principio de territorialidad, para que a través de regulaciones locales se precisen las condiciones para la aplicación razonable y proporcionada de la norma, las zonas históricas o declaradas de interés cultural, deben ser definidas por el alcalde del municipio. A lo que Zape contestó: “Hasta ahora la administración municipal no ha adelantado este proceso, ninguna entidad nacional o territorios han adelantado delimitar qué parques sí, qué parques no serían para el consumo”, esto también debería ser tarea de los concejales, pero su paso por allí es más un trampolín que un ejercicio de representación de los derechos.

Karen Zape, secretaria de Gobierno de Pereira
mayor Miguel Pantoja, comandante Estación Pereira.

En cuanto a cifras, la secretaria informó que tendría que confirmar con la Meper si hay un reporte de de denuncias mayor en la zona céntrica, porque no lo tiene y que igual la infraestructura de Megacable y Megabús cuentan con seguridad privada, así como la Gobernación, la Asamblea y el Sena. “No conozco el aumento desaforado de denuncias ahí, no lo tengo reportado en ese escenario”.

El mayor Miguel Pantoja, comandante de la Estación Pereira, también habló sobre este tema: “Tenemos una problemática social que se nos ha venido acrecentando toda vez que también es producto del trabajo mancomunado que se ha venido desarrollando ‘En el Centro concentro mi seguridad’, lo que ha generado que se disperse lo que se tenía inicialmente en el Centro. Con la subsecretaría de Convivencia y Seguridad Ciudadana hemos venido desarrollando las actividades de control para habitantes de calle, haciendo la oferta del programa que ellos no aprovechan”.

La Policía hace prevención y educación para evitar que estas personas sean objeto de delito. “También para esta semana se está organizando una actividad en conjunto con la Alcaldía que permita integrar más a la comunidad en el uso de este espacio público. Se ha organizado el tema de la iluminación que ha mejorado la percepción de seguridad en cuanto a la visibilidad. De manera permanente con la patrulla del cuadrante y el personal de apoyo hacemos intervenciones, se nos dificulta el trabajo es porque el habitante de calle siempre va a estar deambulando y se incrementan por los temas de la limosna y las basuras que hacen que permanezcan en la ciudad”.

Se debe atacar la demanda, para acabar la oferta, pero esto es difícil cuando la ciudadanía a través de la caridad ofrece los medios para el consumo.

Cifra

36 capturas tiene la Policía por diferentes delitos dentro y en los alrededores del Parque y un promedio de aplicación de 50 medidas correctivas de la Ley 1801.

Dato

En el centro hay cuatro frentes de seguridad,  red de apoyo de taxistas, grupo de los comerciantes y los recorridos permanentes de cogestores de seguridad y convivencia ciudadana, pero el problema no disminuye.

¿Cómo ve la situación del Parque?

Jorge Eliecer Verdugo – vendedor ambulante

“Le indico que aquí en la Estación de Megacable, las lámparas están quemadas. Llevo cuatro años aquí y ha aumentado la inseguridad a pesar de los recorridos de la Policía”.

Doney Orlando Vásquez – transeúnte

“Hay que aumentar la limpieza y la seguridad ante todo, muchos indigentes están llegando a meter vicio y de frente en donde viene tanto turista, no se van a amañar en Pereira”.

Diana Orlinda Correa – transeúnte

“Hay mucho vicio, mucho ladrón, huele muy feo, está muy descuidado. Hace por ahí cinco meses traía el niño a jugar acá, pero ya no se puede”.

Francisco Javier Buitrago – transeúnte

“Yo diría que ha empeorado en muchas cosas, porque tranquilo, tranquilo no se puede venir a quedarse un rato mientras los niños corren y no me gusta que el niño vea gente fumando marihuana”.

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Written by jucebo

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