Tenía un siniestro modus operandi: ofrecía transporte en motocicleta como fachada para acercar a sus víctimas solitarias. En cualquier esquina acechaba. Ofrecía servicios de transporte a mujeres jóvenes. Un mototrabajador aparentemente inofensivo.
Pero, una vez a bordo, llevaba a sus víctimas hacia áreas solitarias y enmontadas, donde las amenazaba con armas cortopunzantes y las sometía de forma violenta, abusando sexualmente de ellas.
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