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El TURNO DE PASCUAL CASTRO | Los Montemarianos en el Carnaval  de Barranquilla

El TURNO DE PASCUAL CASTRO | Los Montemarianos en el Carnaval  de Barranquilla


Por mucho tiempo, Pascual Castro Fernández, tuvo que chuparle la rueda a su hermano Rafael Castro Fernández, con quien suele ser tan parecido como si fueran dos gotas de agua, pero de diferentes usos y resultados.

Es un agua pura, igual, pero siempre distinta, como dos ríos que nacen en el mismo macizo, que se bifurcan, que transitan por distintos ramales, y por mucho que tratan de no parecerse el uno al otro, ni en los reflejos, siempre terminan en una realidad: son ríos musicales.  Que terminan en su propio mar. No pueden negarse el uno al otro. Y jamás se pudieron dar cuenta ni tampoco hay maneras de saber cuál de los dos nació primero. Les dicen mellos y gemelos, según sea, porque aunque nacieron en el mismo día, ninguno sabe si vinieron en la misma bolsa o separados.

Los mellizos- hijos del legendario gaitero Pascual Castro Matera- nacieron con los famosos gaiteros de San Jacinto, precisamente cuando los mayores desentumecían los tambores y remojaban  sus palitos para su primera gira por Europa. Una gira de la que no sabían ni por dónde andaban y que se constituyó en la primera anécdota grande del folclor colombiano.

Gaiteros de San Jacinto, Nueva Generación, con Pascual Castro en el canto, Congo de oro del Carnaval de Barranquilla a grupos tradicionales. Participaron 780 grupos en todas las modalidades y ellos alzaron el codiciado trofeo.

Pascual y Rafael nacieron en un hogar que no sabe otra cosa que la gaita, en la cuna de la gaita, el veinte de junio de 1951 y hoy por hoy, cuando han muerto la mayoría de los pioneros, se convierten en las voces más auténticas de la gaita en Colombia.

Pascual Castro Matera, el primer gaitero contratado por Delia Zapata Olivella, antes que vinieran las famosas giras por el mundo, procreó catorce hijos, de ellos siete con Norberta Fernández García, con quien se separó y después trajo siete hijos más. Sólo dos mujeres.

De la primera tanda hacen parte Pascual y Rafael, cuyo parecido es tan genial, que ni los años, ni las enfermedades ni tampoco el número de hijos que han tenido cada uno lograron diferenciarlos. Tal parece- sin ser siameses- que sólo los diferenciará la muerte.

Rafael Castro Fernández, hermano gemelo de Pascual, ganó el Congo de oro hace once años, con los hermanos Yepes, nueva generación.

Alguna vez, tratando de buscar una diferencia notable, el gaiterólogo y biógrafo de los mochuelos cantores de Los Montes de María, Numas Armando Gil Olivera, dijo que la única diferencia era que Rafael podía cantar varios días seguidos con sus noches sin ponerse difónico. En cambio Pascual, que ha sido más diverso, porque también toca, compone y canta música de acordeón, tiene una voz más grave, pero no tan resistente para largas parrandas. Siempre vivieron en un pique eterno.

Nunca los dos tuvieron juntos en la cima, porque sus temperamentos son distintos y buscaron su gracia cada quien por su lado. Es como si se repelieran cuando se ven en sus propios espejos, uno frente al otro. A veces Rafa se pone cachucha y no el habitual sombrero Zenú, pero ni así logra zafarse de su hermano ni de sí mismo, porque alguien lo identifica.

Esa sutil competencia los hizo más grandes, aunque su estatura no supere los 1.62 centímetros. Ambos son hombres alegres, pica flores, rápidos de mente y de abarca, marcados por la misma luna y los mismos veranos. Y también, como la misma gaita, sus ojos parecen tristes.

Gaiteros de San Jacinto, bajo la dirección de Gabriel Torregrosa, con el canto de Rafael Castro Fernández.

Ellos, que han vivido un largo pique y de quites y de desquites y porque han sido muy mujeriegos, han tratado de distanciarse, pero nunca lo logran. Pascual, que acaba de ganar el Congo de Oro del Carnaval de Barranquilla, tiene diez hijos con su esposa y dos por la calle, dos menos que su papá. Y Rafael tuvo ocho hijos con su esposa y sólo uno por la calle. Allí Pascual lo aventaja en el amor, por un solo pelo, o dos, lo dice y se ríe picaronamente. Han tratado de repetirse como su padre, en la longevidad, los hijos y el canto. El resto de hermanos, algunos vendedores de yuca, les vienen pitando, pidiendo vía, especialmente Adolfo y Manuel que cantan y hacen coros, cuyas gargantas son muy versátiles. También hay un decimero, José Manuel, que vive en Palmar de Varela, Atlántico.

Ambos fueron campesinos sembradores de yuca y ñame en las laderas del Cerro de Maco, pero ya están retirados de esa actividad, porque después de los setenta años, la música les sigue sonriendo. Cómo a la mayoría de los gaiteros de San Jacinto, la fama les tocó en su flauta, cuando ya todos superaban los cincuenta años.

El primero en desmarcarse fue Rafael, ganador del Congo de oro del Carnaval de Barranquilla como voz principal de los Gaiteros de San Jacinto nueva generación, con los hermanos Yepes, en 2012. En aquel año, Pascual andaba con cuánto acordeonista le abriera su fuelle y también lideraba a Los Auténticos Gaiteros de San Jacinto, agrupación que fundó en 1990, al retirarse del acordeón.

Pascual, en la fiebre de Andrés Landero y Luis Ramón Vargas, hizo dos canciones a sus quince años, amores primorosos y le tiene razón,  grabadas por el maestro Landero, entonces se entusiasmó y adquirió un acordeón por tres mil pesos en 1970, al premio Grammy Rodrigo Rodríguez. Aprendió solo y se fue de parranda por muchos pueblos. Tocaba y cantaba.

En 1990 tuvieron una gira para olvidar, en Bogotá, donde los atacó el frío y la nostalgia por el pueblo. Vendió su acordeón – después de veinte años de uso- por 70 mil pesos para regresar a San Jacinto, con la promesa de que sus compañeros le iban a ayudar para comprar otra. Nada, los absorbió el sonido natural de la gaita y conformaron Los Auténticos Gaiteros de San Jacinto, dos años después de la muerte del maestro Toño Fernández.

Rafael Castro Fernández, es igualito a su hermano gemelo, Pascual.

Por momentos Rafael iba ganando el pique, más aún cuando empezó a andar con Yeison Landero, el heredero de la cumbia, también Congo de oro revelación 2023, mientras Pascual atravesaba un mal momento, al salir del grupo los auténticos Gaiteros de San Jacinto por algunas diferencias. La pandemia lo arrinconó tanto, que pensó en la muerte., pero surgió con el Ave Fénix.

El Carnaval de Barranquilla siempre ha sido benigno para los gaiteros de San Jacinto, por eso nunca dejan de asistir, hasta que en este 2023 fue el turno para Pascual, acompañado del mismo grupo donde su hermano se había consagrado hace 11 años.

Por lo pronto Pascual, que cumplirá 72 años el veinte de junio, celebra, mientras Rafael espera reponerse de una cirugía prostática, en la que dice le hizo el tacto rectal una hermosa doctora que parecía «amañarse» con sus dignidades, porque en verdad fue un examen largo y riguroso, en el que puso toda su colaboración.

El gaitero cantor le había salido bastante chusco a la doctora, que no tuvo más remedio que celebrar y pedirle unos versos.

Pascual celebra y reza porque Rafael se reponga de los malos momentos que atraviesa a ver quién es quién en el canto de la gaita honda.

 

 

 

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Written by jucebo

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