Los perros son mucho más que animales de compañía. Es cierto que lo que más disfrutamos es su capacidad de dar amor, pero estos animales tienen muchas más habilidades, las cuales son muy aprovechadas por los organismos de socorro en Caldas. Los perros de búsqueda y rescate, junto a los humanos, forman un binomio que salva vidas.
El olfato de los caninos es 40 veces superior al del ser humano. Su temperamento, adaptabilidad e inteligencia los convierten en vehículos primordiales para las labores humanitarias de rescate. El llamado ladrido de vida es con el que les indican a sus guías que alguien está atrapado bajo una estructura, para posteriormente iniciar las labores de remoción de escombros y material, con el fin de rescatar a esta persona.
El sargento Ricardo Sánchez Rubio, perteneciente al Cuerpo de Bomberos Voluntario de Manizales, explicó: “La señal de que el perro encontró es por medio del ladrido. A diferencia de las otras especialidades, que es antiexplosivos o drogas, se enfoca en que ladre porque es un área muy grande, hay escombros, hay maquinaria trabajando y al perro se le debe escuchar un buen ladrido, fuerte, claro y constante”.
Paola Andrea Loaiza, secretaria de Medio Ambiente de Caldas, habla de la labor de estos binomios para Caldas: “Desde la Secretaría de Medio Ambiente de Caldas, desde su línea de Gestión del Riesgo, destacamos la importante labor desempeñada por los grupos de búsqueda y rescate conformados por caninos y socorristas de las diferentes instituciones como Defensa Civil, Bomberos y Cruz Roja. Con ellos hemos venido trabajando en un proceso de articulación, de capacitación y de formación, de acuerdo con las características y necesidades que plantean estos grupos. Resaltamos ese trabajo y dedicación que han desarrollado los socorristas para entrenar los perros dedicados al tema de rescatar a personas atrapadas bajo estructuras colapsadas”.
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