Falta poco menos de un año para se cumpla el plazo de entrada en vigencia de Bre-B, la apuesta del Banco de la República para impulsar la interoperabilidad financiera en Colombia, y pese a que el país ya tiene avanzada esta tarea en gran medida, todavía hay barreras que superar, para alcanzar los niveles de éxito que muestran países como Brasil.
Juliana Sguerra, Managing Director & partner de BCG, sostiene que si todos los actores del sector bancario no se suman, difícilmente se logrará tener éxito. Así mismo, advirtió que a los colombianos les hace falta mucha educación financiera y que se expliquen mejor las bondades de apostar por un ecosistema digital que evite los traumatismos y demoras que hay actualmente en el sector bancario.
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Cómo está la interoperabilidad?
En América Latina estamos en un proceso en el que la evolución de los distintos países no ha venido al tiempo y en casos como Brasil y México se ha ido un poco más rápido en el tema de interoperabilidad y de finanzas abiertas, Argentina también ya tiene unos avances mayores a nosotros y creo que Colombia, ya con las definiciones que empezó a hacer desde el 2022, se está poniendo en la tarea de avanzar el camino que le hace falta.
Actualmente hay muchos jugadores y las finanzas abiertas o el Open Banking están generando grandes cambios en temas como conseguir la información de los clientes, la atención de estos o el trato que se les da a sus datos, ya que todo se moverá mucho más fácil y con esto se fortalece la competencia.
¿Colombia va bien?
Desde el punto de vista de interoperabilidad, que es lo que pensamos hacer en Colombia como un gran primer paso del Open Banking, liderados por el Banco de la República, hay que destacar que esta entidad ha tenido un rol muy importante, con lo cual estamos llegando a un punto donde tenemos una infraestructura más montada que la que tenían países como Brasil cuando empezaron.
Para el caso de nuestro mercado, va a depender mucho de cómo lleve este proceso el banco central, principalmente en el manejo de los bancos, las fintech, los proveedores digitales y las ofertas para que se suban al modelo de Bre-B. También hay que hacer un marketing efectivo para que los clientes sepan cómo se hace esto y cómo se incentiva la sana competencia para impulsar el mercado.
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¿Tenemos lo que se necesita?
Partiendo de los casos de éxito que ya se cuentan en la región, como Pix en brasil o CoDi en México; lo primero que hay que decir es que tenemos muchas cosas que ellos no tenían cuando arrancaron. Somos un país con un nivel importante de conocimientos sobre la operación de los sistemas digitales, estamos familiarizados.
La pandemia nos obligó a aprender y con ese terreno ganado solo nos queda entender que gracias a Nequi, Daviplata o Bancolombia a la mano; las personas saben que ese movimiento digital del dinero se puede realizar y con esto aumentaron, por ejemplo, los colombianos que tienen una cuenta bancaria, así sea con dinero digital. Ahora solo queda sumar a plataformas como Nubank o Lulo.
¿Qué nos falta?
Teniendo en cuenta todos los actores que hay, digamos que las carencias están en esos tres grandes bloques que enfrentan los ciudadanos, ya que eres de una de esas tres grandes plataformas, pero difícilmente puede trasladarse de una a otra. Dicho esto, debemos entender que si esas barreras no se tumban, es poco probable que tengamos un éxito notable, que nos ayude a crear una interoperabilidad efectiva.
Los bancos se están preparando, pero el rol del Banco de la República será fundamental, porque en Brasil PIX funcionó, porque fue mandatorio y obligaron a los bancos a subirse. Sí o sí, te tienes que subir, punto. Acá debe ser igual, porque con uno que no se suba, no es interoperable. Todos nos tenemos que subir para que esto funcione.
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¿A qué se le debe prestar atención?
El modelo debe cumplir con dos aspectos clave. Primero, la simplicidad en la experiencia, es decir, hacerlo fácil para el usuario. Si complicamos el proceso, simplemente no funcionará. Esta simplicidad incluye la experiencia del usuario y la definición de las «llaves» o accesos para operar las cuentas, algo en lo que los bancos han estado trabajando recientemente.
En segundo lugar, el tema del fraude y la ciberseguridad es fundamental. Aunque la plataforma sea gestionada por el banco central, los bancos deben asumir ciertas responsabilidades en casos de fraude. Esto es crucial porque, en cuanto ocurra algún incidente de este tipo, la reputación del sistema se verá afectada y la gente perderá confianza. Los colombianos, siendo cautos con sus finanzas, necesitan una plataforma segura y fácil de usar para adoptar estas nuevas tecnologías.
¿Tenemos la educación financiera suficiente?
Siendo honestos, nos falta educación financiera. Si le pregunto a alguien fuera del sector bancario, como a mi tía, no tendría idea de qué es Bre-B o que es la ‘interoperabilidad’ y por eso es esencial educar a las personas sobre los beneficios que ofrece este sistema: es gratis, en tiempo real, disponible 24/7 y su dinero está protegido. Esa comunicación debe ser clara para que todos lo entiendan.
Si no logramos generar efectos de red, el Banco de la República habrá hecho una inversión muy grande con un retorno insuficiente. La clave está en asegurar que la gente conozca y confíe en este sistema, por lo que, reitero, no podemos dejar a un lado el tema de la ciberseguridad, los protocolos de conexión y de explicarle a la gente por qué se deben sumar a esta tendencia.