A punta de insultos terminaron el alcalde Daniel Quintero y un concejal de la ciudad después de la radicación de un proyecto de acuerdo en la sede de la corporación. Entre reclamos y gritos, el alcalde le dijo palabras soeces a Sebastián López, concejal del Centro Democrático.
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Los hechos ocurrieron este jueves, 21 de septiembre, a la salida de un evento en el que el alcalde radicó un proyecto que pretendía diluir la participación de EPM en la empresa Tigo – Une, plan con el que muchos de los corporados no están de acuerdo.
Quieren robarse la plata de los colombianos, han saqueado 20 billones a Medellín, ahora van por Tigo-UNE. No se los vamos a permitir. pic.twitter.com/sEfenLasKn
— Daniel Quintero Calle (@QuinteroCalle) September 21, 2023
Tras finalizar el evento, Quintero salió a dar declaraciones a la prensa, y se encontró con Sebastián López y Claudia Ramírez, concejales del Centro Democrático. Poco después empezó una confrontación verbal, que rápidamente escaló y empezaron a llover los gritos
“¿Por qué se la robaron? ¿Dónde está la plata de EPM?”, increpó López, a lo que Quintero respondió que había sido Álvaro Uribe “su jefe”, quien se había llevado los más de $ 20 billones por los que estaban reclamando. Finalmente gritó: “Me voy para no pegarle, hijueputa”, mientras salía del lugar en medio de las rechiflas y los insultos de los asistentes.
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¿Por qué peleó Daniel Quintero con un concejal?
“Me dijeron que estaba dando declaraciones a la prensa y maltratando concejales, entonces yo salí a refutarlo porque llevo más de un mes pidiéndole que salga a debatir el tema y lo único que hemos encontrado son insultos, entonces le reclamé y él se descontroló”.
Afirmó después López, el concejal afectado.
Y es que el tema de Tigo-Une le ha sacado más de una cana a los políticos de Medellín, pues es una situación que se viene discutiendo desde hace un buen tiempo, ya que la Alcaldía insiste en vender las acciones que tiene EPM en dicha empresa, pero los concejales opositores se niegan a darle vía libre a la propuesta, ante la incertidumbre de qué pasará con el dinero que le entre a la ciudad por el negocio.
