El sol candente le iluminaba el rostro de frente, pero ni sus mejillas ni su piel lo sentían. La blancura de su rostro perturbaba a todo morador que se cruzaba por la calle, atravesada por el caño conocido como el río canal Hayuelos, en Fontibón. Un joven apareció allí ayer sobre la mañana.
Un vecino, asustado al detallar que el joven tenía alrededor de su cabeza una estela de sangre, no dudó en llamar a la Policía.
El cuadrante llegó a la Carrera 90 con Calle 20A, detrás de unos conjuntos de ladrillo. Allí había reunida una cantidad inexorable de curiosos. Todos hacían sus especulaciones, e incluso algunos pensaron en meterse al caño para palpar el cuerpo del muchacho.
Puede ver: Por robarse un celular: golpeado hasta la muerte en San Cristóbal
Aunque la Policía notó algo más en este joven: seguía vivo, a pesar del tiro que tenía alojado en su cabeza. Inmediatamente, una patrulla lo recogió y tomó rumbo hacia el Hospital de Fontibón. Pero si acaso hubo esperanzas de salvarlo, estas se desvanecieron en el centro médico, donde confirmaron su fallecimiento.
Los inspectores llegaron a verificar la escena en el caño. Lo primero que hicieron fue identificar al muchacho muerto. Este respondía al nombre de Jhoan Alexánder Pinilla Perea, quien tendría unos 23 años. Los uniformados que lo recogieron mencionaron a la Policía judicial que el pelado tenía en su mano derecha una pistola, la cual está en manos de peritos forenses para llegar al fondo de este macabro asunto.
Hasta el momento se desconoce si del arma que cargaba provino la bala que le arrebató la vida; o si, por el contrario, hubo otra persona implicada en su final.
Las autoridades ya están revisando el material de las cámaras de seguridad para esclarecer lo que ocurrió aquella mañana soleada en aquel desolado caño.
Elija a Q’HUBO Bogotá como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí.
