El presidente Gustavo Petro llegó a la instalación del Congreso con una hora de retraso, como ya es su costumbre, y en casi dos horas de discurso se mostró conciliador, arropado bajo una figura que ya le vio el Congreso el 7 de agosto del año pasado: el hombre razonable que busca la unidad nacional, la misma que perdió y que hoy necesita para sacar adelante sus reformas sociales y proyectos.
El presidente Petro conoce muy bien a sus receptores, pues diferente al hombre de la plaza…