Tras el planteamiento del presidente Gustavo Petro de que el país debe estudiar una reducción en la edad obligatoria para pensionarse, que algunos sectores calificaron con cortina de humo, la situación del sistema de jubilación en Colombia volvió a posarse en la agenda informativa, ya que hay quienes dicen que es una medida necesaria para luchar contra la desigualdad y otros que advierten que el camino es hacia el otro lado.
La semana pasada cerró con el jefe de Estado sentenciando que “la riqueza no está en la jornada larga de trabajo; eso es carreta, eso es para esclavos y esclavas. No engañen más al pueblo, la riqueza está en el tiempo libre para disfrutar la vida» y que debido a esto “la humanidad debería ver que en vez de aumentar la edad de pensión lo que deberíamos ya estar discutiendo en todo el mundo es cómo se reduce».
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Estas palabras se dieron en medio de la marcha convocada por sectores afines al Gobierno para apoyar la reforma pensional, cuyo futuro se define en la Corte Constitucional, y pese a que podrían tener un fin loable, de acuerdo con los gremios y expertos en el ramo, no es consecuente con la dinámica poblacional, ni con la situación fiscal de la Nación, que por estos días enfrenta serios problemas de caja.
Declive poblacional
Un punto de partida para evaluar la conveniencia o no de bajar la edad de jubilación podría estar en el informe publicado el mes pasado por el Centro de Investigaciones Económicas Fedesarrollo, donde se advierte que tras la pandemia hay cada vez menos nacimientos en el país y que debido a esto, el declive poblacional que se estimaba para el 2065, ahora se espera que llegue en 2051, según los datos del Dane.
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Estos investigadores también sostienen que durante el siglo XX, Colombia experimentó una notable caída en las cifras de natalidad, pasando de 27,4 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 1990 a 15,6 en 2015. Este descenso se atribuye a factores como el aumento en el nivel educativo de las mujeres, mayor participación en el mercado laboral y mejor acceso a métodos de planificación familiar, llevando todo a un punto en el que la tasa de natalidad en 2022 quedó en 13,9 por cada mil habitantes.
Así mismo, Fedesarrollo explicó que momentos como la pandemia fueron determinantes para la transición demográfica, ya que también aumentaron las defunciones durante este periodo y se alteró el número de nacimientos, así como la esperanza de vida a largo plazo, gracias a los avances en la medicina y la mejora en la prestación de servicios de salud.
Dicho de una forma sencilla, la gente está viviendo más, pero hay menos jóvenes que a futuro trabajen y ayuden a que el sistema se mantenga por medio de sus aportes; con lo cual se generan riesgos. Si bien en este momento Colombia está en un período de bono demográfico donde hay un gran número de aportes, esto solo durará hasta el 2047 y de ahí en adelante se sentiría más la carga fiscal.
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Menos nacimientos
Al tiempo que se debatía la propuesta del presidente Petro la semana pasada, el Dane presentó el más reciente balance de las estadísticas de nacimientos y defunciones en el país, donde se reafirma la idea de que cada vez menos personas están optando por tener hijos, mientras que la expectativa de vida se mantiene al alza, acelerando la posibilidad de que el declive poblacional llegue antes de lo pensado.
Según los reportes de la autoridad estadística, durante el primer semestre del 2024 se registraron 255.055 nacidos vivos, cifra que se traduce en una reducción del 15,2% en el volumen de nacimientos frente al mismo lapso del 2023. Así mismo, se alcanzó la cifra más baja en el período comprendido entre 2015 y 2024.
Gustavo Petro.
EFE
Partiendo de datos como el ya mencionado, José Ignacio López, presidente de Anif, resalta que bajar la edad de pensión no es una buena idea, máxime cuando “lo que estamos viendo precisamente en la mayoría de países es la necesidad de aumentar la edad de pensión porque la expectativa de vida viene aumentando de manera muy importante” y gracias a la tecnología, las personas logran vivir por más años.
“Si se baja la edad, acá en Colombia o en cualquier país, se haría más insostenible el sistema pensional y eso tendría efectos sobre la sostenibilidad fiscal de los países y también sobre la sostenibilidad del mismo sistema y por tanto podría terminar en un colapso de las pensiones de los jubilados y precisamente en contravía de buscar la protección a los adultos mayores”, resaltó.
Cuidar el ahorro
Andrés Velasco, presidente de Asofondos, también presentó reparos a la idea del Presidente de la República, argumentando que lo importante es proteger el ahorro de los colombianos, ya que eso se convierte a la larga en recurso que sirven de soporte para mantener el sistema pensional. Así mismo, destacó que el problema podría estar en otros frentes como la informalidad.
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“Uno pensaría que si se solucionan los problemas del mercado laboral colombiano, como la baja participación laboral (sobre todo en mujeres y jóvenes), la informalidad, el alto desempleo, la productividad laboral; se podría pensar en esta clase de medidas, pero no es así. En los países desarrollados donde no hay estos problemas también están subiendo las edades de pensión. En la OCDE el promedio de edades se está subiendo de 64,5 a 66,5 años”, resaltó este experto en temas pensionales.
Por último, José Luis León, country head de Natixis Investment Managers para Colombia, abordó el tema desde el informe que presentaron sobre las perspectivas de jubilación en el mercado local, que bajaron del 37% al 33% en el último año, principalmente por la pérdida de competitividad frente a los pares de la región.
Pesos colombianos
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“Nos estamos envejeciendo y la pirámide se está volviendo más un cuadrado y seguramente después se va a volver una pirámide al revés. En este momento, por cada trabajador en el mundo, más o menos hay diez personas que está apoyando su sistema pensional, pero para el 2050 se espera que esa relación baje 2 a 1, es decir, va a ser preocupante y lo que se haga claramente en temas de incremento de edad de jubilación, pues es algo que es prácticamente inevitable”, manifestó.
Más allá de si se debe hacer o no, lo cierto es que el país se alista para poner en marcha la reforma pensional que se aprobó el semestre pasado, que si bien no establece un cambio en la edad de jubilación, sí generará una fuerte carga fiscal por el elevado número de personas que dependerán de un régimen que más allá de generar rentabilidad y crecimiento que se convertir en estabilidad, le apostará a gastar el ahorro.
