Son los parques eólicos de mayor envergadura que se construyen en suelo colombiano y requirieron 170 hectáreas para instalar los aerogeneradores
Los dos proyectos de generación eléctrica eólica más grandes del País que estaban empantanados por dificultades en el proceso de consulta previa, acaban de tener luz verde por parte de las autoridades nacionales en materia ambiental y por las autoridades tradicionales indígenas wayuu de la península guajira donde se desarrollan los complejos de generación Alpha y Beta, que entre ambos quedarán en capacidad de darle energía a más de 800.000 hogares con el promedio nacional.
Estos dos parques de energía que se construyen en área continental en la Alta Guajira, donde sopla el viento más fuerte y constante de todo el país y de buena parte de latinoamérica, generarán 504 megavatios (MW): que se aportan con los 224 MW que producirá Alpha y 280 MW que generará Beta.
La apreciación de uno de los técnicos es que se tratará de unos verdaderos ‘monstruos’, cada aerogenerador producirá 5.6 MW, y las aspas, cuando hagan un recorrido de ciclo completo será mucho más largo que una cancha de fútbol profesional que puede llegar a 120 metros, mientras que la cuerda que genera una de esas aspas será de 160 metros, cada aspa mide 80 metros.
El territorio sobre el que se están levantando los dos parques eólicos, también tiene una dimensión considerable y es de 170 hectáreas, lo que lleva a imaginar que en este terreno perfectamente caben 50.200 viviendas, atendiendo que el promedio de casas por cada hectárea en el País es de 60 unidades habitacionales.
El diálogo genuino y sincero surtió efecto
El director de consulta previa del ministerio del Interior, Álvaro Echeverry Londoño, de paso por la ciudad de Riohacha, en diálogo con periodistas de este medio defendió el diálogo y la consulta, como pocos funcionarios públicos en el pasado se atrevieron a hacerlo. “Dialogar es un asunto complejo. Dialogar implica sentar diferentes partes con criterios distintos y, lógicamente, el desarrollo de un diálogo genera momentos complejos que permiten hacer claridad sobre los puntos de interés de los intervinientes en los respectivos diálogos. ¿Qué es lo importante? Lo primero, saber construir de manera definitiva en el marco del diálogo”, explica el funcionario.
Indica que el fracaso que han tenido en el pasado en las consultas con los indígenas tiene que ver con la exclusión y es que estaban construyendo sin ellos, “Es que llegábamos casi como por arte de magia a su territorio, con un complejo de superioridad, como si desde Bogotá conociéramos todo el territorio; por eso el valor que tiene el ejercicio del diálogo social a través de la consulta previa, es construir de manera conjunta y legitimar herramientas como las que se han implementado con una plataforma consultiva dentro de la información del Censo Multidimensional de la población wayuu que acaba de lanzar el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) en la ciudad de Riohacha, donde cualquier ciudadano, desde las rancherías o desde Europa, puede consultar qué se está haciendo en su comunidad, quién invierte y cómo lo hace”.
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El segundo punto importante dice que es determinar la importancia de los tiempos en el desarrollo de los proyectos, horas o actividades que le interesan al Gobierno nacional y que impulsen, además, las condiciones de calidad de vida de las comunidades en los territorios. En tercera instancia plantea la importancia que tiene el construir a partir del diálogo con inclusión real y efectiva. “No nos puede seguir sucediendo lo del pasado en el entendido de que acá se toman decisiones de carácter unilateral donde la voz de las comunidades que conocen los territorios, que habitan los territorios y que son dueños de los territorios, no eran tenidas en cuenta.
Hoy estamos en un escenario distinto en el que nos estamos viendo en un nivel de gobierno a gobierno y en el que hay suficiente respeto por los principios y valores autonómicos que tienen las comunidades”, expresó Echeverry Londoño.