La comunidad del barrio La Rosita se vio sorprendida al descubrir un ejemplar de margay adulto (Leopardus Weidii) merodeando en el patio de una vivienda.
Para explicar el porqué de este particular hallazgo, Sebastián Bohórquez, médico veterinario de Cormacarena, adujo que las condiciones climáticas están afectando el comportamiento de la fauna local.
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«Las especies buscan áreas cálidas, y en este caso, las viviendas se convierten en refugios temporales», señaló Bohórquez.
Tras el rescate que efectuó Cormacarena, el margay recibió una exhaustiva valoración médica que descartó cualquier tipo de agresión que pudiera afectar su integridad física. Dada su buena salud, regresó a la libertad en una zona natural propicia para su supervivencia.
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El margay es conocido por el tamaño de su cola, que iguala la longitud de su cuerpo. Habita tanto en las partes bajas como altas del Meta, específicamente en zonas boscosas, y su dieta incluye aves, primates y lagartos.
