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Ubicado a menos de seis horas de la capital colombiana, el cañón del río Güejar se erige como un tesoro oculto en el corazón del departamento del Meta, específicamente en el área rural del municipio de Mesetas. Este santuario natural, comparado frecuentemente con las maravillas tailandesas debido a su exuberante biodiversidad, ofrece a sus visitantes una experiencia inolvidable sin necesidad de cruzar medio mundo.
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El origen del cañón del río Güejar es una fascinante historia de transformación geológica y erosiva que, a lo largo de los años, ha esculpido majestuosos paisajes compuestos por rocas y acantilados. Este sitio, además, ha sido testigo de la rica historia cultural de los pueblos indígenas que lo consideraban un lugar sagrado destinado a rituales y ceremonias.
Entre las joyas de su flora se destacan orquídeas, bromelias, helechos y musgos que adornan cada rincón, mientras que en el aspecto faunístico, especies como el cóndor de los Andes, el halcón peregrino y el oso de anteojos hacen de este cañón un verdadero zoológico al aire libre. El cañón, situado a 900 metros sobre el nivel del mar, goza de un clima cálido, con temperaturas oscilantes entre 27 y 30 grados centígrados, ofreciendo así el escenario perfecto para la aventura en cualquier temporada del año.
La visita a este enclave natural varía según la estación, brindando experiencias únicas dependiendo del periodo escogido. Durante los meses de verano, el nivel del río desciende, permitiendo recorridos más tranquilos que son ideales para la fotografía y el disfrute pausado del entorno. Por otro lado, la temporada de lluvias transforma el cañón, aumentando la velocidad de las corrientes y multiplicando las cascadas, creando así un paraíso para los aficionados a los deportes extremos y la adrenalina.
El rafting emerge como la actividad estrella, ofreciendo un viaje de 17 kilómetros a través del río donde se pueden avistar más de 100 especies de aves. Esta emocionante aventura, que dura aproximadamente cinco horas, incluye paradas en puntos icónicos como el Titanic, una formación rocosa que invita a un refrescante chapuzón, y en impresionantes cascadas para un momento de relajación en medio de la naturaleza.
Para aquellos que buscan sumergirse completamente en la belleza del cañón, existen cinco maravillas que no pueden dejar de visitarse:
1. Caño Lajón: Donde el agua cae desde casi 20 metros de altura, creando una cascada cuyo tope es adornado por cultivos de café.
2. Toboganes del Río Güejar: Toboganes naturales supervisados por guías que garantizan la seguridad de todos los visitantes.
3. Jacuzzi del Güejar: Piscinas naturales formadas por el agua que emerge de las rocas, ofreciendo diferentes niveles para el disfrute.
4. Cascada de Caño Jordan: Con 60 metros de altura, esta cascada es un espectáculo continuo perfecto para la aventura familiar.
5. Piscinas Naturales del Río: Puntos de baño rodeados de una vegetación única, brindando una experiencia de conexión plena con la naturaleza.
Es importante destacar que, debido a la naturaleza extrema de algunas actividades, el rafting está recomendado para personas mayores de 8 años, garantizando así una experiencia segura y agradable para todos los participantes.
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