Entre árboles caídos y escombros se encuentra la vivienda de la familia Hermosa Gutiérrez en el municipio de Hobo. Cinco días después de la tormenta, las autoridades aún no hacen presencia en el lugar y mientras tanto, los habitantes de la casa buscan los medios para sobrevivir ante la tragedia.
Carolina Argüello Cruz
“Estamos vivos de milagro, Dios tuvo misericordia de nosotros”, es la explicación que tiene Zaira Melissa Gutiérrez, ante el panorama devastador que vivieron en la noche del 2 de enero.
Eran las 12:30 de la noche cuando la familia, reunida en la cocina, ‘decretó’ que era la hora de dormir.
“Nos llegaron unos olores raros y mi yerno dijo que había llegado la hora del diablo, que mejor nos acostáramos”, contó Zaira Melissa.
Una vez estuvo cada uno en su habitación, inició la lluvia. La tranquilidad de la noche se vio interrumpida por un fuerte aguacero con tormenta que comenzó a ‘mecer’ los árboles; y que según, los habitantes de la vivienda, trajo hasta granizo.
“Mi esposo prendió un reflector, sonó algo durísimo y empezaron a caer árboles. Las paredes se vinieron encima del bebé y del niño mayor, cómo pudimos los logramos sacar y afortunadamente no les pasó nada. Así que los metimos debajo de la cama mientras paraba un poco la tormenta”.
Casi a las 3 de la mañana cesó el viento, sin embargo, toda la finca Miraflores, ubicada en la vereda Vilaco, ya solo era un recuerdo.
Días y noches llenas de dolor y desesperanza ha tenido que vivir Zaira Mellisa Gutiérrez, su esposo y sus tres hijos. Pues las ayudas aún no llegan y los elementos con los que cuentan son escasos para avanzar significativamente en la recuperación de la casa.
“Estábamos rodeados de árboles, la casa se nos cayó, quedó totalmente desbaratada; la verdad es un milagro de Dios que estamos vivos, solo la misericordia de él no salvó porque todos los árboles cayeron”, narró, entre lágrimas y desconsuelo, Zaira Melissa Gutiérrez, quien además, con fe y decisión emprendió con su esposo y algunos familiares de Tello y Neiva, la tarea de restaurar su vivienda.
“Aquí no ha venido absolutamente nadie a conocer la situación real de lo que ocurrió, el alcalde no se ha aparecido y los bomberos tampoco. Mi mamá tiene una amiga allá y le envió las fotos y esas son las que han publicado diciendo que vinieron hasta el lugar. Es increíble la falta de solidaridad de todos los de este pueblo”, detalló.
LA NACIÓN trató de contactarse con el alcalde municipal, Yhon Alber Mora Lizcano, para conocer la situación, sin embargo, no respondió a las llamadas y mensajes.
El sustento de la familia consistía en la cría de pollos, cuyos animales murieron ahogados, en su mayoría, y los galpones quedaron tapados con troncos, agua y escombros.
“Lo que nosotros vivimos esa noche era algo que jamás en la vida habíamos visto. Los árboles volaban por encima de nosotros”, añadió la mujer que hoy pide la ayuda de los huilenses a través de colchones, ropa, artículos de cocina y comida. Los números de contacto son 3105016762 o 312 5622166.
Lluvias en el Huila
En lo corrido del mes de enero de 2025, en el Huila se han registrado fuertes precipitaciones que han provocado afectaciones en algunas zonas del departamento. Sin embargo, la mayoría son movimientos de masa que no han dejado personas lesionadas, pero sí, graves daños en viviendas o vías rurales.
En Oporapa, sur del departamento, un deslizamiento de tierra ‘enterró’ el restaurante ‘El Guadual’ dejando sin el sustento a los propietarios del lugar que durante cuatro años habían construido este espacio en el marco de las tradiciones de la región, de tal manera, que se había convertido en uno de los más visitados. En medio de la noche y de las fuertes lluvias el lugar quedó desolado, lleno de lodo y con graves afectaciones en su infraestructura.
El alcalde Marcos Molina Mazabel expresó que, por fortuna los daños han sido en la infraestructura, donde ya hacen presencia los organismos de socorro para levantar los escombros.
“El lugar está ubicado a 300 metros del parque principal, es un sitio muy bonito el que fue arrasado. Estamos a la espera de que los organismos de socorro a través del Comité de Gestión del Riesgo nos confirmen qué fue lo que sucedió porque cerca no hay quebradas que pudieran haber provocado la afectación”, explicó el mandatario, quien, además, confirmó que cerca de una hectárea fue ocultada por el barro.
Dijo que vías hacía las veredas San Roque y La Esmeralda, que previamente habían sido reparadas, han sufrido graves daños, por lo que se espera el apoyo del gobierno departamental para intervenir las zonas.
“Las lluvias ocasionaron que nuevamente se deterioraran, por lo que estamos informando a la Gobernación sobre las afectaciones para que nos presten el apoyo correspondiente”, manifestó.
En el municipio de Elías, donde el domingo se realizó una tradicional cabalgata, las comunidades se unieron para arreglar provisionalmente el puente La Palma, que fue arrasado a finales de 2024 por una creciente súbita del río Timaná. Allí, aunque las autoridades sugirieron utilizar la vía alterna por Potrerillos para evitar accidentes, teniendo en cuenta que habitantes de Pitalito, Timaná y Tarqui llegaron hasta Elías; en condiciones precarias, propios y turistas pusieron su vida en riesgo al cruzar este tramo y llegar a disfrutar de las festividades programadas.
En el recorrido hacia el norte el Huila, en Villavieja se sintió la fuerza de la naturaleza, por ejemplo, el domingo, el ingreso al Desierto de La Tatacoa tuvo que ser interrumpido por el mal estado de la vía. Pese a ello, los viajeros desafiaron el clima para disfrutar de este desierto árido que propone una travesía llena de aventura desde la exploración y la astronomía.
Por fortuna las afectaciones fueron superficiales y los viajeros pudieron continuar con sus planes de turismo.
De acuerdo con Gestión del Riesgo y Desastres, desde octubre de 2024, en el Huila se han registrado 231 emergencias, en su mayoría deslizamientos con 147 en total, siendo los municipios de La Plata, Pitalito, Tello, Neiva, Campoalegre, Garzón y Algeciras los municipios de mayor afectación.