La fiebre por el oro hiere las montañas de los Farallones de Cali, dejando más de 400 perforaciones a su paso. Llegar a socavones de hasta 80 metros de profundidad implica travesías de tres días y dos noches, y algunos tramos se deben recorrer a lomo de mula y caballo.
Una de las zonas donde los arañazos de taladros industriales, picas, palas, molinos, tambores y otras herramientas con plantas eléctricas han dejado sus huellas vistas por soldados del Batallón de Alta Montaña Nº…