La historia del padre Joao Paulo Araujo se ha hecho viral por la sencillez y la fuerza que transmite: lleva meses llevando a la iglesia a los perros que encuentra abandonados en la calle para que sus feligreses los adopten.
Una iniciativa que entre los fieles que acuden cada semana a su parroquia ya han adoptado a muchos animales, haciendo que se reduzca el número de perros abandonados en la ciudad de Gravatá, Brasil.
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