El silencio que invadía las cuatro paredes de una habitación en un inquilinato del barrio La Amistad, en Bosa, fue el mismo que despertó la curiosidad y la zozobra entre los demás habitantes de esta propiedad, pues las personas que dormían en ese cuarto parecía que se las hubiera tragado la tierra.
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El extraño presentimiento de una habitante la llevó a decirle a los propietarios de la casa lo que estaba pasando la tarde de este sábado, lo que permitió que se descubriera el atroz misterio que se escondía en este lugar.
Al interior de la habitación, en la que hasta hace unos días vivía una familia de venezolanos, fue hallado el cuerpo de un adulto mayor amordazado y con una toalla alrededor del cuello que dio cuenta la manera en la que fue ultimado.
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Lo misterioso de todo este hecho es que hasta el cierre de esta edición se desconocía el paradero de quienes vivían allí, al igual que la identidad de la víctima que no vivía en esa casa y no había sido vista antes por los demás inquilinos.
No sabemos bien qué ocurrió en esa casa, pero tenemos entendido que como a eso de las 6 de la tarde encontraron a una persona muerta en una de las habitaciones. No sabemos si vivía ahí o no por qué dicen que era un adulto mayor, y hasta donde yo tenía entendido ahí no vivían personas de esa edad”, le dijo ayer a Q’HUBO una residente del mismo barrio.
Hallazgo en el inquilinato
Varias horas llevaba en silencio una habitación en donde residían tres venezolanos desde hacía varios meses, hecho que despertó la intriga entre los demás inquilinos, y desconfiados los llevó a reportar esto al propietario de la casa, quien decidió entrar al cuarto pasadas las 6 de la tarde de este sábado.
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Allí, encima de una cama y arropado con varias cobijas, fue hallado el cuerpo sin vida de un hombre de 75 años, aproximadamente, quien se encontraba amordazado, y su cuerpo ya estaba frío, rígido y las manos las tenía moradas. Llevaba varias horas muerto.
Lo más aterrador de todo esto es que a ese man lo mataron en ese mismo cuarto, pero es que lo raro fue que nadie escuchó nada. Lo único que podemos suponer es que eso se presentó en la madrugada del sábado, mientras todos dormían. Vaya uno a saber en qué momento y cómo lo entraron sin que nadie se diera cuenta”, aseguró una vecina.
El hombre estaba vestido, amarrado de manos y pies con una toalla blanca alrededor del cuello y algunos golpes en la cabeza, los cuales dieron cuenta del maltrato que sufrió el occiso antes de que le arrebataran la vida.
El crimen se perpetró al interior de una vivienda, ubicada en la carrera 78 A con calle 65 J Bis Sur, pero los habitantes de esta cuadra se percataron de lo ocurrido alrededor de las 6:40 de la tarde, cuando llegaron varias patrullas de la Policía y acordonaron la cuadra con cinta amarilla.
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Poco a poco el rumor de que habían hallado a un hombre asfixiado en una habitación corrió rápidamente por las calles de ese barrio, las mismas que tuvieron que recorrer los homicidas escapándose horas antes de que descubrieran el cadáver.
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