Una pila de objetos estaba siendo recogida por la familia de Diana Patricia Núñez Carvajal (de 43 años) en un camión la tarde de ayer. Cargaron sus pertenencias en el barrio La Faena (Engativá), justo en la carrera 122 con carrera 70 A. Pero no estaban de trasteo. Resulta que la noche del lunes a ella la hallaron en estado de descomposición sobre su cama y con múltiples heridas de cuchillo en su pecho.
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Las causas de este atroz crimen son un verdadero misterio. Los dolientes aún no entienden cómo alguien pudo ensañarse así con aquella mujer, quien duró dos días sin vida dentro de su habitación. El colchón en el que fue encontrada, y la ropa llena de sangre y podredumbre, ahora servirá de evidencia para dar con su cruel verdugo.
Lo que se sabe
Según cuentan en la zona, la mujer fue vista por última vez por una amiga la noche del viernes. Desde entonces no volvió a salir ni a reportarse con ninguno de sus conocidos, cosa que sorprendió a los habitantes del sector y a sus vecinos, pues la mujer vivía sola y no frecuentaba compañía.
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Lo que sí llamó la atención fue el fétido olor que percibió la mujer que habita el mismo inmueble. Sucedió el lunes a las 3 p. m., cuando María Clementina Mancera recorrió con cautela cada rincón de la casa para saber de dónde provenía. Fue justo en el tercer piso, donde moraba Diana Patricia, que notó el hedor, por lo que llamó de inmediato al propietario para que inspeccionara.
Al llegar a su propiedad, José Salinas comenzó a golpear en la habitación de su inquilina, pero al no obtener respuestas procedió a llamar a las autoridades. Una vez arribaron los oficiales e ingresaron a la habitación del tercer piso, encontraron sobre la cama a Diana Patricia, que llevaba más de 24 horas sin signos vitales y en evidente estado de descomposición.
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Dolor e incertidumbre
Q’HUBO intentó hablar con la familia de la víctima fatal, pero su desconcierto e incertidumbre fue tal, que sus comentarios se limitaron a resaltar que tampoco tienen conocimiento de qué ocurrió en aquella habitación.
Mi hermana era una mujer tranquila, que vendía artesanías… lo hacía por encargo; hacía cuadros, pulseras y manillas a las personas que se interesaban por su trabajo y le pedían algo. No sabemos nada sobre lo que pasó, solo que apareció muerta sobre la cama. Ella tenía tres hijos, quienes no vivían con ella”, fue el único testimonio que le entregaron a Q’HUBO.
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Por la sevicia con la que cometieron el despiadado asesinato, se podría presumir que este hecho obedeció a una venganza personal, no obstante, las autoridades forenses tendrán la titánica labor de reconstruir este rompecabezas judicial para dar cuanto antes con el asesino que acabó con una vida a cuchillo.
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