Con el corazón acelerado todavía por la adrenalina que había sentido minutos antes mientras asesinaba con sevicia a Jhon Jairo Morales, Manuel José Velasco Medina caminó nervioso hasta la habitación principal y tomó un arrume de ropa que estaba en un mueble. La llevó hasta donde estaba el cadáver y comenzó a tirarla encima para taparlo.
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Poco a poco las prendas fueron ocultando las extremidades del occiso y hasta la misma sangre que emanaba del cuerpo del hombre de 54 años, al mismo tiempo que Manuel José procesaba lo que acababa de ocurrir y sentía que la culpa invadía cada parte de su ser.
Al terminar de ocultar el delito, el cargo de conciencia invadió a Velasco Medina y lo llevó a tomar, una vez más, una mala decisión. Esta vez consistió en acabar con la vida del único testigo de este atroz asesinato: la suya.
Los dos cuerpos fueron hallados la mañana de ayer al interior de la humilde casita de latas, ubicada en el barrio Canadá Güira, en San Cristóbal, por parte de un familiar de Jhon Jairo, pues llevaba varios días sin saber nada de él.
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Tras darle aviso a las autoridades de la tragedia, una patrulla llegó a la propiedad y acordonó la vivienda poniendo cinta amarilla a pocos metros de la casa y así evitar que curiosos llegaran a invadir la propiedad, mientras realizaban la inspección de ambos cuerpos.
A la 1:30 de la tarde se terminó todo, justo cuando sonó el portazo de la paletera de Sijín, en la que cargaron ambos cuerpos, de víctima y victimario, quienes perecieron juntos en la eternidad.
“Crimen pasional”
Aunque ambos cuerpos fueron hallados a eso de las 10 de la mañana de ayer al interior de la vivienda que fue testigo de ambas muertes, se presume que los decesos se habrían registrado la noche del lunes.
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Tanto Jhon Jairo como Manuel José vivían juntos en la misma casa esquinera, construida con material reciclable y tejas (ubicada en la Carrera 2 Este con Calle 45 Sur), desde hacía varios meses, o eso aseguran los mismos habitantes del barrio, quienes no salían del asombro tras el hallazgo de ambos cuerpos.
Todo parece indicar que los dos hombres habrían sostenido una acalorada discusión y en medio de esta, Manuel José -de nacionalidad venezolana- tomó una pica y asesinó con sevicia y salvajismo a Jhon Jairo en su misma casa.
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El cuerpo de Morales presentaba múltiples heridas en el pecho y la cabeza, las mismas que terminaron ocasionándole la muerte y desfigurándole la cara, según cuentan.
La hipótesis que se maneja hasta el momento es que se trató de un crimen pasional, pues la víctima y su homicida, quien terminó suicidándose, tenían una relación sentimental”, le dijo ayer a Q’HUBO la Policía.
Manuel José (de 23 años), tras intentar ocultar el cuerpo, tomó una soga que había dentro de la casa, la amarró a una viga y acabó con su vida.
El hermano de Jhon Jairo llegó a buscarlo la mañana de ayer con la esperanza de que estuviera bien, pero se llevó una atroz sorpresa al ver, primero, el cuerpo de Manuel y luego, llevado por la curiosidad por el arrume de ropa, destapar el cadáver de su ser querido.
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Mientras las autoridades metían ambos cuerpos al carro de criminalística, la familia de Morales lo lloraba y se abrazaba observando la trágica escena que hoy los tiene viviendo una pesadilla.
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