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Infame crimen de Hárold en Protecho a manos de un ladrón

¡Ay Hárold!, ¡Ay Dios mío por qué!, eran los gritos desgarradores de una madre que, sin poder contener sus lágrimas, miraba el cuerpo sin vida de su hijo tendido en el asfalto en la mañana de este miércoles, en el barrio Protecho (Ciudad Bolívar), luego que un delincuente le arrebatara la vida por haberse interpuesto en su camino cuando intentaba huir.

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“Un sujeto le estaba intentado hurtar la motocicleta a un hombre y le pegó un tiro, al parecer en una pierna; luego, al ver que no pudo robarle salió corriendo, y una persona empezó a gritar desesperada ¡Es un ladrón, cójanlo! Luego fue que le pegó el tiro al pelado que iba con su padre”, expresó un habitante del sector.

Hárold Steven Nossa Muñoz fue asesinado de un disparo en la cabeza.

La inspección al cadáver

Pasadas las 7:30 a. m. de ayer, los habitantes del sector empezaron a llegar, impactados al ver a la víctima en el suelo, identificada por las autoridades como Hárold Steven Nossa Muñoz. Tenía un disparo de arma de fuego en la cabeza.

“Los habitantes les dijeron a las autoridades que por qué no lo llevaban a un centro asistencial, pero los uniformados se dieron cuenta de que ya no había nada por hacer, pues estaba muerto”, contó un residente conmocionado.

Peritos del CTI llegaron al sitio para realizar la inspección técnica al cadáver.

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Al poco tiempo empezaron a llegar familiares de Hárold, entre ellas su madre, que no podía creer lo que estaba viendo. Su corazón se había destrozado en mil pedazos y el llanto desconsolado daba cuenta de su terrible pérdida.

La madre del pelado se lanzó sobre él y empezó a abrazarlo y lloraba. No hay palabras para describir esa escena tan triste, la intentaron calmar, pero ella seguía aferrada a su hijo. A los del CTI no dejó ni acercársele”, contó entristecida una mujer.

Mientras el cuerpo de criminalística del CTI realizaba la inspección técnica al cadáver en la calle 60 Sur con carrera 23 D, los habitantes de la zona comentaban la rabia e impotencia que estaban sintiendo al conocer que Hárold había sido víctima de un acto vil y despiadado de un ladrón.

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¡Desgraciados delincuentes!, ¡No se puede tener compasión con los ladrones! Mire a esa pobre familia destrozada”, expresaban enojadas varias personas.

Antes del mediodía terminó la diligencia en este lugar, y poco a poco la gente se fue dispersando a sus viviendas con el sabor amargo de la trágica muerte, mientras los familiares y allegados de la víctima veían partir con profundo dolor el vehículo del CTI con el cuerpo sin vida de Hárold.

La captura

Las autoridades confirmaron a Q’HUBO que el verdugo era un ladrón venezolano de 25 años, quien tras un fallido intento de hurto y dispararle a la víctima, posteriormente en su huida le disparó a Hárold, por intentar detenerlo al reaccionar con solidaridad.

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Después, el sujeto huyó de este lugar y fue a refugiarse al lugar donde vivía. El padre del joven lo persiguió y logró ver que ingresaba a una vivienda cercana. Al lugar llegaron los uniformados del CAI Candelaria y realizaron la captura del extranjero por homicidio agravado y porte ilegal de armas.

Desconcertados quedaron en el sitio por el absurdo crimen del jovencito.

Según contaron algunos vecinos de este lugar, “el asesino, sin importarle lo que había hecho empezó a reírsele en la cara al padre de Hárold, un hecho que indigno aún más a los habitantes del sector, que intentaron hacer justicia por mano propia”.

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Written by jucebo

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