En un esfuerzo por encontrar soluciones sostenibles y combatir la contaminación por plásticos, el Grupo de Investigación en Cromatografía y Técnicas Afines (GICTA) de la Universidad de Caldas ha desarrollado un innovador bioplástico utilizando residuos agroindustriales. Este proyecto, encabezado por la investigadora principal Viviana Morales Sánchez, estudiante de doctorado en Ciencias Químicas, y co-liderado por el profesor Milton Rosero Moreano, utiliza pectina extraída de la cáscara de naranja Valencia.
El bioplástico no solo ofrece una alternativa biodegradable y renovable a los plásticos convencionales, sino que también mejora las propiedades barrera mediante un recubrimiento de nanocompositos híbridos con propiedades antibacterianas. La investigadora Morales Sánchez afirmó:
«Este trabajo de investigación es una alternativa para minimizar o mitigar el consumo de plásticos derivados del petróleo, a partir del uso de materiales biodegradables y de recursos renovables. Esto tiene un alto impacto en el departamento de Caldas, si se consideran los grandes volúmenes de cítrico que se cultivan, entre los cuales se destaca la naranja Valencia que puede ser utilizada como materia prima para producir muchos bioplásticos.»
El proyecto cuenta con una fuerte colaboración internacional, destacando la cooperación con la Michigan State University, el Instituto Nacional de Foto electrónica y la compañía MGM de Rumania. Estas alianzas han sido clave para el desarrollo y la validación del bioplástico, el cual ha sido reconocido por la Elsevier Fundation en 2019 y 2020 como una de las ideas más verdes y novedosas.
El siguiente paso para el equipo de investigación es la obtención de patentes y la creación de alianzas con empresas que permitan escalar la producción a nivel industrial. Esto podría marcar un hito en la lucha contra la contaminación por plásticos y promover el uso de materiales biodegradables en diversas industrias.
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