La intervención cambiaria es un tema controvertido entre economistas y financieros. Algunos afirman que sus efectos sobre la tasa de cambio son fuertes y sostenidos, afectando a exportadores, importadores, inversionistas, empresas y hogares con deudas o ahorros en moneda extranjera. Otros creen que sus efectos son temporales o nulos y que su implementación es costosa.
(Más: Qué tan efectiva es la intervención cambiaria y cuándo se justifica).
El porqué y el cómo: motivación y mecanismos
Desde 1999, cuando se abandonaron las bandas cambiarias en Colombia, la intervención no busca limitar la flexibilidad cambiaria ni fijar un nivel específico de tasa de cambio, sino complementar el esquema de inflación objetivo. En este contexto, el Banco de la República interviene para: (i) incrementar reservas internacionales, (ii) mitigar movimientos no reflejados en los fundamentales de la economía, y (iii) moderar desviaciones excesivas para evitar comportamientos desordenados de los mercados financieros.
Este episodio coincidió también con el fin de las crisis cambiarias del sudeste asiático y con algunas crisis en América Latina como el corralito del 2001 en Argentina. Eventos como la crisis financiera global (2008-2009), la inclusión de Colombia en el índice GBI de J.P. Morgan (2014), el colapso de los precios del petróleo (2014) y la pandemia (2020) también influyeron en la tasa de cambio.
Resaltamos dos aspectos clave de este proceso. El primero, que la transparencia en la intervención cambiaria ha aumentado en el tiempo. Por ejemplo, a partir de 2008, se empezaron a publicar los cupos y las cantidades aprobadas el mismo día de la intervención, además de hacer público de antemano el plazo, fecha de convocatoria y condiciones del ejercicio.
(Lea: En qué consiste la propuesta de intervenir el dólar para controlar la volatilidad).
El segundo aspecto, es la gradualidad con la que se acumularon más de 40.000 millones de dólares en reservas internacionales durante el periodo 1999-2024. Esto ha permitido contar con niveles adecuados de reservas y, consecuentemente, estar preparados para enfrentar choques negativos como posibles salidas de capitales, deterioro en los términos de intercambio y crisis financieras globales.
¿Es efectiva la intervención cambiaria?
La literatura muestra una postura mixta, con una inclinación hacia efectos significativos a corto plazo (alrededor de un mes), consistente con el objetivo de reducir movimientos excesivos. Destacamos el trabajo de Arango, Menkhoff, Rodríguez-Novoa y Villamizar-Villegas (2020), que cuenta con la mayor recopilación (metaanálisis) de trabajos empíricos sobre la intervención cambiaria en el mundo.
Mencionamos dos importantes hallazgos, que se derivan de casi 300 efectos, 19 países y 5 décadas:
Compras (ventas) de 1.000 millones de dólares conllevan a depreciaciones (apreciaciones) del 1 % y a una reducción de la volatilidad cambiaria del 0,6 %.
La efectividad es mayor en países en desarrollo (como Colombia) y cuando se implementa de forma esporádica y en grandes magnitudes.
(Vea: La primera tarjeta de crédito: así nació la herramienta que transformó las finanzas).
Por su parte, la literatura reciente apunta a una mayor efectividad cuando la incertidumbre sobre la tasa de cambio futura es mayor (evitando ataques especulativos) y cuando el Banco goza de mayor credibilidad.
La intervención cambiaria es una herramienta importante (aunque no de primera instancia) con las que cuenta el Banco de la República
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¿Cuándo se justifica la intervención cambiaria?
Dentro de las razones suficientes para intervenir está el deterioro significativo de la liquidez de los mercados, en especial de los de contado (spot) y a futuro (forward), pero también el de varios mercados en conjunto (incluyendo el monetario y de deuda pública). Esto sucedió, por ejemplo, en los inicios de la pandemia.
En contraste, una razón suficiente para no intervenir consiste en evidenciar una volatilidad cambiaria generada por las vulnerabilidades propias del país (que es distinto a un desequilibrio generado por la vía de términos de intercambio o riesgos globales). Estos episodios, en general, vienen acompañados de una tendencia marcada de depreciaciones y harían necesario un ajuste monumental de reservas internacionales para frenarlas.
¿Cuáles son los costos de la intervención cambiaria?
El mayor costo tiene que ver con la posible pérdida de credibilidad del Banco si la intervención se percibe como no exitosa. Esto es particularmente retador en momentos donde, por ejemplo, el Banco compra dólares (con la intención de depreciar la moneda) y la tasa de cambio se aprecia, pero se aprecia menos de lo que hubiera sucedido sin la intervención.
(Más: Dólar, inflación y PIB: ¿hacia dónde apuntan las proyecciones para el cierre de 2024?).
Otro costo tiene que ver con ser extremadamente ambicioso. Es decir, si un banco central aspira simultáneamente a tener autonomía en su tasa de política, permitir la libre movilidad de capitales y afectar el tipo de cambio, entonces puede ser que no cumpla lo prometido.
Un tercer costo tiene que ver con un problema de riesgo moral. Si cada vez que hay problemas (como alta volatilidad, pérdida de valor en la moneda, etc.) el Banco interviene, entonces hay un menor incentivo por parte de los agentes a cubrirse o, en el caso del gobierno a mantener una mayor disciplina fiscal. Es decir, la tasa de cambio no solo actúa como precio de equilibrio de muchos mercados, sino también como termómetro de la economía.
Conclusión
La intervención cambiaria es una herramienta importante (aunque no de primera instancia) con las que cuenta el Banco. El solo hecho de tenerla disponible disminuye la probabilidad de tener que usarla, puesto que transmite una señal de confianza hacia el mercado; esto es, una señal de que el Banco actuará y respaldará la moneda en momentos de emergencia en caso de que se requiera.
MAURICIO VILLAMIZAR VILLEGAS Y BIBIANA TABOADA ARANGO
Codirectores del Banco de la República
*Las opiniones de este texto no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva
Una versión más extensa de este artículo en: https://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/nota-mitos-vale-pena-intervencion.pdf