“Él se adueñaba de esa esquina, a nosotros nos tocaba evitar pasar por ahí porque él le tiraba a uno botellas, insultaba a la gente esperando a ver quién le respondía y prácticamente tenía amenazada de muerte a toda la cuadra”, es lo que le dijo a Q’HUBO un vecino del barrio El Brillante (en Usme), sobre el hombre que la comunidad señala como el culpable del homicidio de Otoniel Olaya Mojica, perpetrado este lunes en horas de la tarde.
Al parecer, el señalado victimario es una persona intransigente e intolerante que cada vez que se emborrachaba, terminaba propiciando riñas prácticamente con el que se le atravesara.
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Los hechos…
Desde las primeras horas del lunes festivo, los vecinos intuían que algo iba a pasar en la casa esquinera ubicada en la intersección de la Carrera 2B con Diagonal 101A Sur, la persona que habita dicho predio es, en palabras de sus vecinos,: “una persona que los fines de semana se dedica a tomar, a consumir vicio y a ser violento con las personas que se cruza, a veces dispara al aire y el que le diga algo, las lleva. Ese día (el lunes festivo) desde por la mañana estaba como loco y tenía un arma en la mano con la que amenazó a varios vecinos que estaban en sus casas y salían por la ventana o la azotea y el tipo les apuntaba”.
Simultáneamente en una casa cercana se encontraba Otoniel Olaya Mojica departiendo con varios de sus familiares, cuando decidió salir en compañía de su padre y pasaron frente a la casa del conflictivo vecino, a quien muchos preferían evitar. Allí empezó una confrontación verbal que pronto pasó a las acciones y fue entonces que, en cuestión de segundos, el hombre sacó un arma de fuego y sin dilaciones disparó contra la humanidad de Otoniel, de 32 años.
El hombre huyó cuesta arriba por las escarpadas calles del barrio, mientras los familiares de Otoniel no daban crédito a lo que veían sus ojos: el hombre con el que habían compartido hacía pocos minutos, ahora se desvanecía en los brazos de quienes intentaban auxiliarlo, mientras pasaban los eternos minutos de espera por algún servicio de emergencia. El hombre yacía malherido a escasos metros de su vivienda.
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No llegó ni ambulancia ni patrulla y los familiares decidieron llevarse a su ser querido a bordo de un vehículo de servicio público camino del Hospital de Meissen. El hombre, malherido, alcanzó a llegar al centro hospitalario, pero dada tremenda lesión causada por su victimario, momentos después de ser ingresado, falleció.
Si bien en el lugar no hay cámaras de seguridad que incriminen directamente al sujeto, las autoridades lo tienen en la mira como ser el presunto responsable de este crimen.
La comunidad es unánime, tanto vecinos del sector como visitantes coinciden en que la persona que le disparó a Otoniel es la misma con la que varios ya habían tenido problemas.
El señalado es un joven de unos 24 años que por temporadas se va del barrio, se desaparece y de repente otra vez está por las calles del sector haciendo de las suyas.
El día del homicidio la misma comunidad se encargó de ocupar el predio donde vivía dicho sujeto y, en un acto que buscaba justicia por el inexplicable ataque que derivó en la muerte de Otoniel, destruyeron gran parte de las cosas que allí se encontraban.
Vecinos claman justicia por el vil asesinato ocurrido frente a sus casas. Además, varios de ellos atestiguaron y por tal razón temen alguna represalia en su contra por testificar o simplemente por vivir al lado de la escena del crimen.
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