Un grupo, aparentemente de amigos, se encontraba departiendo en unas bancas contiguas al salón comunal del barrio Aguas Claras (Engativá).
Era el mediodía del domingo y el combo de amigos se encontraba compartiendo unas copas, cuando de un momento a otro, en medio del licor, dos de ellos empezaron una discusión que cada vez se tornó más agresiva y violenta, a tal punto que uno de los implicados terminó sacando un arma blanca, con la que le causó la muerte al otro joven, con quien se conocía por ser vecinos.
Los hechos…
“La gente borracha se pega de lo que sea cuando tiene ganas de pelear, y si es entre conocidos se empiezan a sacar los trapitos al sol y eso generalmente termina mal. Eso fue lo que pasó con esos pelados. A mí me dio mucha tristeza ver que entre supuestos amigos pasan esas cosas, los chinos se toman un trago y se alocan; y si tienen un problema la solución tiene que ser violenta. Eso no puede seguir siendo así porque imagínese a dónde vamos a parar”, comentó un vecino de la zona, quien atestiguó los momentos posteriores al ataque en el que Santiago Cáceres Peña sufrió la grave herida a la altura del cuello, la misma que lo llevó a su sepulcro.
En las bancas del parque Urbanización Aguas Claras, ubicado sobre la Carrera 82 con Calle 73A, en donde suelen reunirse muchachos del barrio a departir los fines de semana, se encontraba Santiago en compañía de varios amigos y conocidos, entre ellos la persona que le causaría la muerte.
Era la mañana del domingo y el ambiente estaba muy tranquilo. Varios vecinos del barrio, que pasaron minutos antes por el punto de la tragedia, le indicaron a Q’HUBO que no notaron ningún síntoma de alarma entre el grupo de muchachos.
Lo cierto es que antes de que el reloj marcara las 12 p. m., Santiago se enfrascó en la riña. Los contrincantes se increpaban en tono airado y el ambiente se puso cada vez más denso.
De los insultos, los gritos y los empujones, los jóvenes pasaron a las vías de hecho y fue entonces cuando uno de ellos, armado con una navaja, atacó a sangre fría y le asestó una certera puñalada a su contrincante en el punto donde el cuello se una con la clavícula.
Santiago cayó gravemente herido, mientras que su atacante, del que todos sabían su identidad, salió corriendo al darse cuenta de la barbaridad que acababa de cometer.
Dado a que vecinos del sector alertaron a las autoridades antes del fatal desenlace, para cuando Santiago estaba herido los uniformados ya iban llegando al punto y pudieron trasladar al joven de 25 años de urgencia a la clínica Santa María del Lago, en donde a tan solo minutos de su ingreso, falleció.
“Cuando se llevaron al pelado herido, los policías encontraron la navaja con la que lo atacaron. El atacante la dejó ahí antes de salir a correr. Luego, como todos esos pelados se conocen, la gente se fue hasta la casa del agresor y se quedó allá esperando a que apareciera. El pelado finalmente apareció, por temor a que le hicieran algo a la familia, y la Policía lo agarró”, le contó a Q’HUBO un vecino que vive en la misma cuadra del ataque y quien siguió el caso de cerca.
La noche del lunes vecinos del barrio Aguas Claras, amigos y familiares de Santiago se reunieron en las bancas donde su ser querido fue atacado para exigir no solo justicia y celeridad en las investigaciones. La jornada buscaba plantear una reflexión sobre la manera en que los jóvenes sobrellevan los conflictos y cómo los enfrentan.
La banca donde sucedió el crimen se convirtió en un triste símbolo de la violencia y la intolerancia en Engativá.
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