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“Nos toca salir en defensa del Cerro Hurtado y del río Guatapurí. El silencio del alcalde y del Concejo Municipal es evidente, mientras los espacios considerados como patrimonio natural de los vallenatos, siguen siendo invadidos por la mano del hombre ante una decisión jurídica que asfixiará la reserva natural de todos”.
Este es el clamor de los ambientalistas en la capital del Cesar, luego del fallo de segunda instancia mediante el cual se revoca la decisión adoptada por el Juzgado Quinto Civil del Circuito de Valledupar, el 25 de agosto de 2021, dentro de la acción de tutela relacionada con la defensa y protección del cerro Hurtado.
Esta nueva decisión ha generado un rechazo general entre sectores y comunidad en general. Wilson Pérez, miembro del Foro Ambiental del Cesar, aseguró que ahora se está reanudando la ‘batalla’ por la defensa de la reserva natural.
En la zona se realizó el primer recorrido y ya hay evidencias de la limpieza que se realiza en el lugar para seguir con la construcción, paralizada desde el año pasado, por las acciones emprendidas por los ambientalistas del municipio y el departamento.
“Estamos conscientes que la Curaduría entregará la licencia de construcción para que urbanicen el cerro de Hurtado. Lamentablemente Corpocesar ha dicho que en el lugar no hay un bosque seco tropical, nada importante, sino un rastrojo. Ha renunciado a la protección el cerro”, afirmó el ambientalista Rodolfo Quintero Romero.
El cerro Hurtado hace parte del subsistema orográfico y espacio público del área urbana, en sus áreas no pueden desarrollarse actividades constructoras, y la vegetación en ellas permitida se relaciona únicamente con la flora nativa de tipo protector. No obstante, el Plan de Ordenamiento Territorial, da luz verde a la ocupación de la manzana F de la Urbanización Santa Rosalía, donde se desarrollará la construcción, según lo estipula el documento del alto tribunal.
Según el Acuerdo Nº 032 del 9 de agosto de 1996 del Concejo Municipal de Valledupar, el Cerro Hurtado fue declarado zona de reserva ecológica y patrimonio de la ciudad. Dicha resolución prohíbe que en este cerro se lleven a cabo programas de viviendas, individuales o colectivas, “que atenten contra el equilibrio ecológico de éstos”.
El cerro, llamado por los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, Misangüi, que significa primer peldaño que está antes para llegar a Chundua, o sea, el cielo, está ubicado al norte de la comuna seis de Valledupar. Es un bosque tropical seco urbano, donde predominan cactáceas, cañaguates, ceiba y majagua. También es hábitat de varias especies de reptiles y aves, cuyos espacios deben ser ahora el motivo de la lucha ambiental en la ciudad.
Los cabildos gobernadores de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta (kogui, wiwa, arhuaco y kankuamo) habían instaurado una acción de tutela contra el Ministerio del Interior, dirección de Asuntos Indígenas, Minorías y Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta Previa, Corporación Autónoma Regional del Cesar, Alcaldía de Valledupar, Concejo Municipal, Curaduría Urbana N°1 de Valledupar y las propietarias de los predios ubicados en la manzana F de la urbanización Santa Rosalía en Valledupar, Ceneida Rubiela Alvis Barranco y Libia Maía Alvis Barranco. Hoy día fue revertida y el proceso de urbanización sigue.
PRIMERAS ACCIONES
Luis Maestre, también ambientalista, ha manifestado que luego de esta decisión se han prendido las alertas ante la nueva arremetida contra el patrimonio ecológico, por lo cual se iniciarán las acciones jurídicas, democráticas y pacíficas que sean necesarias para proteger este relicto de Bosque Seco Tropical.
Un grupo de abogados está revisando las acciones legales para interponer al conocer el fallo para actuar de conformidad. También desarrollarán una pedagogía en toda la ciudad para que la comunidad se entere de los detalles que anteceden esta problemática, esto con el fin de impedir la construcción de viviendas en el cerro.
Por ello, hacen un llamado a la ciudadanía para que de manera masiva salgan en defensa del cerro Hurtado/Minakalwa y a oponernos a la construcción en este ecosistema estratégico para la ciudad.
Por su parte, el biólogo Wilson Pérez, reiteró que no se detendrán en la intención de frenar las construcciones en el cerro, ya que será un impacto ambiental negativo que afectaría el pulmón de la ciudad.
“Es curioso que sea una manzana, pero además resulta extraño que exista una confabulación de varias entidades como la Alcaldía, Corpocesar, la Curaduría y el Concejo, para que el cerro sea urbanizado, no quieren ceder a las recomendaciones de los ambientalistas y lo que fijan las leyes”, dijo.
Los planes de ordenamiento expedidos, lo han protegido, pero el problema es que los que están insistiendo en construir, tienen poder político y económico, logrando que Corpocesar permita las obras de urbanización. “Pero la lucha se reactiva y la meta será defender el cerro hasta el final”.
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