En la historia del rock no hay relación más compleja y fecunda que la de Roger Waters y David Gilmour, los motores creativos de los álbumes más importantes de Pink Floyd, el mítico grupo británico de rock progresivo.
El bajista y el guitarrista arrastran una enemistad de años que ha tenido sus picos y sus momentos de calma. Y el reciente trino de Polly Samson –la actual esposa de Gilmour– contra Waters es un nuevo capítulo de una historia que comenzó –cosa paradójica–…