Después de meses de especulación y búsqueda de acuerdos con respecto a los incrementos que se harán en el precio del diésel, que han estado congelados por meses, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, explicó cómo se harán.
De acuerdo con el funcionario, entre el segundo semestre de 2024 y 2025 se incrementará el precio de cada galón de este combustible en $6.000, por medio de incrementos graduales que se harán.
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En una entrevista con Blu Radio, el jefe de la cartera dijo que serán tres ajustes, uno cada semestre y que cada una de las alzas se hará en bloques de a $2.000 por cada ocasión. Cada una de estas alzas impactaría en 0,6% el costo de vida y los tres en conjunto incrementarían en 2% el costo de vida, según cálculos.
Esta decisión se toma después de varias mesas de diálogo con transportadores, en las cuales no se llegó a ningún acuerdo.
«Vemos que no hay posibilidad de un acuerdo con los transportadores y la brecha total es de $6.000. El incremento está planteado que lo hagamos en tres ajustes, con un semestre de diferencia entre uno y otro«, dijo el ministro al medio.
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En este sentido, durante los siguientes meses del año se podría dar la primera de las tres subidas, de forma que en 2025 se harían los restantes dos incrementos. De esta forma, los precios de este combustible alcanzarían el nivel de los de paridad internacional, evitándole al Gobierno el impacto del pago del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc).
Vale la pena destacar que en 2023 este Fondo generó una deuda de $20,5 billones, explicado principalmente por la diferencia entre el precio internacional del diésel y el precio local. Para este año, el Ministerio de Hacienda proyecta que la deuda sea de $9,5 billones, compensada ligeramente por el precio de la gasolina, que se encuentra por encima del precio de paridad internacional, generando un ahorro.
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En medio de la presión en las cuentas fiscales el Gobierno se ha visto en la necesidad a recortar sus gastos con el objetivo de cerrar la brecha entre gastos e ingresos.
Actualmente el precio de cada galón de diésel está en $9.756 para Bogotá y en $9.456 en promedio para las 13 principales ciudades. Esto quiere decir que para alcanzar el mismo nivel de paridad se necesitaría hacer alzas por $4.400 en cada galón de este combustible, de acuerdo con cálculos de Julio César Vera, presidente de Xua Energy.
Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
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“Reducir los subsidios al diesel, desde el punto de vista económico, social y energético, es una medida correcta y la mejor medida que puede tomar el país para profundizar la transición energética y avanzar hacia una descarbonización responsable de su economía”, dijo Vera.
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Un alza de $2.000 en el galón de diésel tendría como efecto que se evitaría una deuda de $372.000 millones por mes, según estimaciones del experto.
El alza en el costo de vida
Uno de los efectos que han advertido los gremios transportadores de carga es que las alzas en el precio a este combustible impactarán el costo de los fletes y de esta forma se podría transferir al precio de bienes básicos como los alimentos.
“Tendremos que ajustar el precio del diésel y será la próxima medida impopular que tiene que tomar este gobierno. Y de paso estoy anunciando que hay que tomarla y que no va a haber acuerdo”, dijo Bonilla en el acto de lanzamiento de la más reciente edición de la revista Economía Colombiana de la Contraloría.
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La Cámara Integral del Transporte (Unidos) manifestó que esta decisión llega en un momento inoportuno, en el que el país se encuentra con una dinámica económica estancada y aún una alta inflación, afirmando que “esta medida podría intensificar la inflación y obstaculizar la reactivación económica”.
Refinería de Cartagena
Ecopetrol
De acuerdo con Vera, unos aumentos más escalonados podrían tener la ventaja de evitar golpes fuertes en el costo de vida, aunque dijo que hacer una modificación de cualquier nivel después de tanto tiempo con el precio congelado podría hacer que se genere un “efecto expectativa inflacionario más allá del peso real del costo del combustible sobre los diferentes bienes y servicios de la canasta”.
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Estima que un 10% de incremento en el galón de este combustible tendría un efecto de 0,25% en la inflación. De esta forma, Vera señala que “un aumento de $2.000 pesos por galón, equivalente a un 22% de alza, que debería generar un efecto en el IPC del orden del 0,6%. Es decir, los tres aumentos previstos deberían generar del orden del 2% de efecto inflacionario”.
DANIELA MORALES SOLER
Periodista de Portafolio
