Desde noviembre, la mostaza de Dijon, uno de los orgullos gastronómicos de Francia, no se encuentra en las estanterías de los supermercados del país. Amas de casa, gente a la que le gusta cocinar y, también chefs, acostumbrados a acompañar con ella sus sándwiches de roast beef, o a usarla para ensaladas o simplemente para hacerse un buen perro caliente, la buscan y no la encuentran por ninguna parte. No está en plataformas de domicilios tampoco.
La razón de su ausencia –lo que…