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‘La novela’ tras el derrumbe por parte de indígenas Misak de la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali en 2021, en 2020 lo habían hecho en Cauca, no termina, el alcalde caleño dijo que si la repondrán pero con un letrero adicional que ya Está preparado.
Noticias de Cali.
El 28 de abril, cuando recién comenzaba una jornada de paro nacional, la de Cali terminó con una manifestación con bloqueos, actos de violencia; muertos, heridos y daños millonarios a la ciudad, a la propiedad privada y pública, del pueblo Misak, varios indígenas volcaron la estatua de Sebastián de Belalcázar, como ya lo habían hecho en Popayán, desde entonces el debate es si se debe o no devolver el monumento.
Cuando llegaron los indígenas, entre los que vivían en Cali y algunos del Cauca, los policías fueron superados en número y no pudieron evitar que dañaran el pedestal y la estatua casi se cae al suelo.
Sin embargo, pidieron refuerzos y varias patrullas llegaron al lugar para evitar que se desmoronara por completo.
Un día después de que el monumento se derrumbara y fuera retirado, el mismo alcalde convocó a un «debate abierto» sobre el tema.
En Cali “no hay monumentos a la comunidad afro, a la comunidad indígena que tanto ha dado a una ciudad plural y multiétnica”, dijo Ospina.
Señaló que, “si no logran hacer visibles otros elementos arquitectónicos”.
para ospinael hecho de que «el Conquistador esté ahí» pero que «nuestros afros y mestizos no estén», debe suscitar debate y evaluar la situación.
El regreso de Belalcázar
Incluso pusieron una «estatua» de cartón y rindieron homenaje a este grupo de personas como clasistas y que «no me representan», pero también pusieron una cabra en el pedestal y otro juego de figuras. Esto ha llevado a que el debate retroceda a las clases sociales ya la multiplicación de los mensajes de odio.
Pues contrariamente al sano y profundo debate que se ha pedido, desde distintos sectores han sido reaccionarios.
Falta más de un año en esta ‘lucha’ y el pedestal sigue vacío.
En abril de este año, mediante decreto, la alcaldía de Santiago de Cali ordenó la devolución del monumento a su lugar de origen.
El documento indicaba que debía estar en el espacio patrimonial identificado con el código BIC-PGE-5 denominado Mirador Belalcázar.
La medida se regula de conformidad con la Ordenanza N° 021 de 1934, el Plan de Ordenamiento Territorial contenido en el Acuerdo 0373 de 2014 y las disposiciones que regulan los bienes patrimoniales del orden nacional y territorial.
“El pedestal del monumento debe llevar una placa que incorpore en contexto todas las circunstancias históricas positivas y negativas de la persona”, recalcaron.
Y este plato está listo:
«Reconocimiento a la valerosa resistencia indígena a la violenta conquista española», y se mencionan todos los pueblos indígenas de la región.
En los próximos días se reinstalará la estatua de Sebastián de Belalcázar y tendrá una placa adicional con este texto escrito por la Academia de la Historia pic.twitter.com/RvaXlOc2uF
— Jorge Iván Ospina (@JorgeIvanOspina) 4 de septiembre de 2022
No hay fecha exacta para la asamblea de Sebastián de Belalcázar en el Belvedere Oeste de Cali, pero sería en menos de 15 días.
La gente de Misak «perseguía» a Belalcázar
El 25 de junio de 2020 (calendario cósmico de Misak), Sebastián de Belalcázar fue determinado como «culpable de genocidio, despojo» y otros delitos.
Esto según una sentencia del pueblo Misak de María Piendamó Cauca, por lo que el 16 de agosto concretaron la sentencia, para derribar la estatua que se erigía en el Morro de Tulcán en Popayán.
Era un juicio a los piurek -hijos del agua- descendientes de la pubertad de Sebastián Moyano y Cabrera, «alias Sebastián de Belalcázar».
Indicaron en ese momento que fue reconocido “en la historia de la voz racista y colonial que llaman el conquistador de Popayán (y de Cali)”.
Ahora fue imputado por “genocidio, despojo, esclavitud, usurpación de tierras, desaparición física y cultural de los pueblos que formaban parte de la Confederación de la Pubenencia”, entre otros delitos.
Incluso «torturas como empalamiento y ataques de perros a guerreros Misak».
La prueba del pueblo Misak, plasmada en el documento que redactaron hace dos años, son todos los escritos que existen sobre la conquista de Popayán.
Al pie del monumento de Sebastián de Belalcázar en su caballo, los indígenas gritaban «¡Hacia abajo!».
“Estamos hoy aquí después de más de 485 años, exigiendo justicia por la memoria de la resistencia y la reexistencia de nuestros Taita Payan, Yanguez, Calambas y Petecuy y Mama Machagara”.
«Honrando el Territorio»
“Se declara que lo que ahora se llama Morro de Tulcán será honrado como territorio sagrado del pueblo Misak como herederos directos de la gran Confederación (Valle de Pubenza) del pueblo Pubenence”, se lee en el comunicado de 2020.
Tras la caída del monumento, del que también fundó Cali en el Valle del Cauca, “hacemos un llamado al Estado colombiano (…) exigimos una reparación histórica en tiempos de racismo, discriminación, feminicidio, corrupción y ‘asesinatos de líderes sociales’ ‘.
Desde ese momento fue advertido, de una serie de «juicios» y posibles caídas de monumentos en el país, la Desde Cali estaba en la lista.
Ocurrió con otros héroes en Pasto, centro del país, Bogotá.
