Con el apoyo a la formación en mediación escolar para docentes y estudiantes, el Programa Justicia Inclusiva de USAID le apuesta a mejorar los ambientes escolares y reducir los casos de violencias en el contexto escolar.
Desde hace 20 años cuando inició su labor como maestra, Petra del Carmen Pérez Pérez, o la “Profe Petra”, como le conocen, descubrió que sus alumnos tenían la confianza para comentarle sus problemas y buscar en ella un consejo. Fue precisamente esa vocación lo que la impulsó a formarse como mediadora escolar junto a dos docentes y 16 estudiantes de los grados octavo, noveno y décimo de la escuela Santa Teresita en el municipio de San Pelayo, una institución que alberga a cerca de 1.800 estudiantes y que poco a poco se ha convertido en un referente de sana convivencia escolar en el departamento de Córdoba.
Petra y sus estudiantes participaron del proceso de formación en mediación escolar realizado en 2022 por la Diócesis de Montelíbano con apoyo del Programa Justicia Inclusiva de USAID. Esto permitió la conformación del Comité Municipal de Convivencia, así como el aprendizaje de habilidades relacionadas con la Ley 1620, la clasificación de los casos ocurridos en el entorno escolar, así como su abordaje desde los mecanismos alternativos de solución de conflictos.
“No tenía conocimiento de lo que era la mediación escolar, pero desde las experiencias que había vivido, entendí mi capacidad de ayudar a otros para construir soluciones conjuntas. En la formación entendí que los mediadores debemos ir más allá de escuchar, realmente debemos estar interesados en encontrar una salida pacífica”, expresó Petra Pérez.
Caleb Fabra Oquendo, es uno de los estudiantes que participó de la formación. Tiene 13 años y cursará grado décimo. Formarse como mediador escolar ha sido para él una experiencia gratificante, principalmente porque considera que su comportamiento también ha mejorado y que ayudar a sus compañeros a solucionar sus problemas, es una forma de construir paz: “He aprendido algo que al principio no tenía. Antes mi carácter era muy fuerte, salía de discusión por cualquier cosa, situaciones que no eran para tanto y menos para discutir. Pero a través de la mediación aprendí que uno tiene que ser empático, saber escuchar y tener capacidad para solucionar sus problemas”.
Así como en el comportamiento de Kaleb muchas cosas mejoraron en la Institución Educativa Santa Teresita. En 2024 se realizaron 50 mediaciones, además de eso, las riñas escolares se redujeron significativamente, mejorando el clima escolar. También se ha implementado y democratizado la cultura de solución de conflictos, disponiendo de maestros y estudiantes identificados y carnetizados, a quienes puede acudir la comunidad estudiantil para encontrar salidas pacíficas a sus diferencias. Como si fuera poco el número de mediadores escolares se ha duplicado, pasando de 16 a 36, quienes atienden no solo a secundaria, si no también a los grados tercero y quinto de primaria: “Ha ayudado a optimizar los aprendizajes de nuestros estudiantes y eso se ve reflejado en el número de estudiantes repitentes, o en los posibles casos de deserción, que, gracias a Dios, durante este año no se han visto. Todo esto ayuda a que mejore considerablemente el clima escolar y la motivación de los alumnos”, expresó Petra Pérez.
El compromiso de la Institución Educativa Santa Teresita es tal que además de trabajar en la adecuación de un aula para llevar a cabo las mediaciones escolares de cara al 2025, también han participado en dos ocasiones del Concurso Nacional de Mediación Escolar (Ver participación aquí) realizado por el Ministerio de Justicia y del Derecho. Asimismo, realizaron el septiembre de este año un foro sobre Derechos Humanos con Énfasis en mediación escolar, del que participaron escuelas oficiales y privadas. Por su parte, el Programa Justicia Inclusiva de USAID sigue brindando acompañamiento a esta institución con miras a la sostenibilidad del proceso, por lo cual realiza visitas y apoya jornadas de conciliación establecidas en su plan de acción.