La mitad de su vida ha estado inmóvil. De sus 45 años, Alejandro Zapata ha pasado 24 como una estatua. Ha personificado soldados camuflados, payasos, obreros, músicos, entre otros. Su mayor virtud es convertir en paisaje lo que a todas luces es una atipicidad: ver a un hombre parado en un balde de unos 20 centímetros, con el rostro pintado de un tono rosáceo, un casco de guerra, un fusil de juguete y un uniforme militar que él mismo retocó de verde.
Su trabajo está en cualquier…