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Las vías no deben ser sinónimo de muerte

Las vías no deben ser sinónimo de muerte

Liliana Cardona Marín

En lo que va corrido de 2022, en las avenidas principales de Dosquebradas, han perdido la vida 12 personas en accidentes que involucran velocidad, imprudencia, motos, carros y en algunos casos, más señalización o campañas viales contundentes y permanentes. Desde el periódico se hizo la tarea de hacer el recorrido Pereira – Dosquebradas de ida por la avenida del Ferrocarril y de bajada por la avenida Simón Bolívar, aquí está el resultado de lo que se encontró y lo que opinan algunos ciudadanos.

 

Avenida Ferrocarril

El primer semáforo que se encuentra en este recorrido es el de la glorieta de Makro, que sirve para distribuir el tráfico que también se dirige al Campestre D, uno de los puntos desfavorables que se pueden visibilizar en el inicio del recorrido es que es un flujo vehicular demasiado alto para las vías y también es mucha la población de peatones a raíz del crecimiento urbano del sector, situación que pide a gritos repensar un pico y placa de todo el día y no por horas, o de verdad hacer una fuerte inversión en vallas que impidan el paso peatonal o instalación de puentes.

 

A seis cuadras, entre los barrios Santa Isabel y Guadalupe no se evidencian pasos seguros para los transeúntes, quienes se ven obligados a atravesar al cálculo de la velocidad de los automotores, cosa que después de las 6:00 p.m. se complica naturalmente. 

 

 

El semáforo ubicado en el sector conocido como SuperInter está bien programado, porque ofrece tiempo suficiente para atravesar, pero aquí el problema ya es la imprudencia de los conductores que sobre todo en la noche se pasan el semáforo en rojo. Metros más adelante existen dos resaltos en el sentido que se hace este recorrido, que tienen entre ambos aproximadamente 100 metros de distancia, pero que se aprecia no ofrece mayor ventaja a los peatones, porque los vehículos los pasan sin mayor dificultad y la velocidad que reducen no es significativa.

 

Los puntos de mayor incidencia

Los vecinos de los barrios Playa Rica, San Félix, Los Naranjos, Quintas de Aragón, Los Reyes y conjuntos habitacionales como: Pilarica, Primavera, Villa Elena y El Recreo, aseguran sentirse en desventaja, porque aunque son conscientes de que tanta población es una de las causas del caos vehicular, sienten que no pensaron en ellos al momento de pensar la distribución vial. De los accidentes señalados al inicio de este reporte, se puede decir que el 50% ocurren en el sector conocido como Playa Rica.

 

Al continuar el recorrido hacia Villa Robles, Balameda y Villa del Campo se observa que hay señalización adecuada, pero los conductores no permiten nada. Lo único que ‘salva la patria’, metros más allá es el puente que está en un lugar clave, porque fue ubicado frente al Club de la tercera edad.

 

Antes de concluir la subida y empezar a buscar el retorno se observa cómo fue necesaria la instalación de rejas entre los sectores Bosques de la Acuarela y Nuevo Milenio, porque resulta imposible atajar la imprudencia peatonal ante el riesgo inminente que traducen las altas velocidades que llevan los vehículos.

 

Avenida Simón Bolívar

Empezando el retorno en sentido Dosquebradas – Pereira, el primer semáforo que se encuentra es el que está ubicado al terminar el edificio de la Fiscalía, que sí hay que pasar con rapidez, porque es menor el tiempo que da y el que está ubicado para atravesar por la carrera permite que los carros también tomen la calle, lo que dificulta la acción. 

 

El siguiente punto es conocido por todos como el sector de productos La Niña, que al contrario de otros lugares tiene muy buena señalización pero juega en contra que a pesar de eso los conductores no merman la velocidad, es muy amplia la calzada y que se referencia como sitio de alta accidentalidad, al igual que Playa Rica.

Aunque esta avenida no es denominada vía rápida como la del Ferrocarril, al tener más semaforización, resulta más compleja, porque atraviesa sectores más congestionados y convulsos socialmente. Así pasa en La Capilla y Santa Teresita, donde resulta de no creer las velocidades que llevan los vehículos en dirección Dosquebradas – Santa Rosa de Cabal.

 

Otro agravante que no se debe pasar por alto en este último sector es que hay varios lugares para el consumo de bebidas alcohólicas, lo que hace que las personas que salen de allí con unos tragos de más no estén con todos los sentidos puestos en los demás actores viales.

 

Después de La Capilla, el semáforo más cercano está entre los barrios San Diego y Los Naranjos y para llegar a él hay que pasar alrededor de tres cuadras. Ya el resto del recorrido en búsqueda del Viaducto, la accidentalidad disminuye para los peatones, por la presencia del carril solo bus y el incremento en la red de semáforos.

 

Habla una víctima

“Mi nombre es Jose Lotero. La experiencia ha sido fuerte, dura, porque hace tres meses (24 de abril) un carro mató a mi padre sobre el sector de Guayacanes. Es un peligro no solo para adultos mayores, sino para todo el mundo, mucha velocidad, pocos reductores y la comunidad ha pedido un puente peatonal y se lo han negado. A raíz de eso estamos afectados psicológicamente, mi mamá está mal por la falta de mi papá”.

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Written by jucebo

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