¡Aló Mirian, mijiita te llamo porque el agua se nos metió a la casa, estamos inundados aquí, todos por aquí por este lado por la calle mía, aquí frente a la cancha, está todo esto inundado! ¡Hola Surely, mira como entró el agua a mi casa!
Estos son solo algunos de los mensajes que se cruzaron por las distintas redes sociales esta semana entre vecinos, familiares y comadres en el municipio de Maicao, luego que las constantes lluvias arreciaran fuertemente afectando especialmente los barrios de la periferia.
Son las mismas lluvias que han caído en los últimos días en varios municipios de La Guajira, siendo los más afectados, Riohacha, Uribia y Maicao.
En esta última ciudad las lluvias son casi constantes en horas de la tarde y noche, sobrepasando todos los niveles acostumbrados, lo que ha conllevado a que colapsen las aguas de correntias de los arroyos Parrantial y Majupay que cruzan varios barrios.
Aunque el agua ha ido escurriendo poco apoco, hay emergencia en diferentes sectores como en barrios Primero de Diciembre, Erika Beatriz, Nazareth, entre otros.
Según Alirio Aponte, habitante del Primero de Diciembre la situación empeoró porque el asunto es ahora sanitario debido a que las aguas de la calle canal cercana, que sirve de conducto de aguas negras se está devolviendo a las residencias, justo donde no hay alcantarillado.
En este mismo sector, los residuos y aguas del coso municipal o matadero, les afectan y sus moradores se sienten abandonados por el gobierno municipal. Aseguran que el problema no es nuevo sino desde hace mucho antes que llegara el invierno.
“El agua se nos metió a la casa y no hemos recibido ayuda de nadie” dice Alirio, quien afirma además que tienen la vía cerrada para ir al colegio San José Campestre, la misma comunica a la salida a Carraipía, debido a que las obras de pavimentación no se han terminado.
Los habitantes de dicho barrio afectados por el invierno son decenas, según el excandidato a la alcaldía Juan Carlos Parodi Martínez, esta situación se presenta porque en coyunturas políticas, muchos candidatos compran terrenos en condición de alto riesgo para cambiarlos por votos, sin importarles las inclemencias que en el futuro inmediato enfrenten sus electores.
