En pocos días, el padre Fernando Aguirre Hurtado cumple 23 años de ministerio sacerdotal. El 31 de octubre de 1998 recibió la ordenación de manos de monseñor Juan Francisco Sarasti, entonces arzobispo de Ibagué. Durante ese tiempo ha ejercido su labor pastoral en las parroquias de San Cayetano, barrio Ancón; San José Obrero, barrio Gaitán; San Judas Tadeo, barrio Santa Helena; San Bonifacio en la IX etapa del barrio Jordán, además se ha desempeñado como delegado para las comunicaciones y pastoral bíblica. Asimismo ha ejercido como docente del Seminario Mayor.
Durante dos años estuvo en España adelantando estudios de Teología Bíblica en la Universidad de Navarra.
Desde enero de este año el padre Aguirre viene ejerciendo como rector del Colegio Tolimense, institución educativa que tiene una larga tradición de 87 años y que fue fundada por monseñor Pedro María Rodríguez Andrade, entonces obispo de esta jurisdicción.
Aguirre ha tenido la misión de liderar el proceso gradual de retorno a las aulas luego de un difícil año a raíz de la pandemia por el Covid 19.
“No ha sido fácil. Venimos de un año muy complejo, con muchas incertidumbres, con muchos temores, pero hemos adelantado un proceso muy juicioso de adaptación a las nuevas realidades de implementación de todos los protocolos, el cumplimiento de las exigencias de las autoridades de salud para lograr un retorno seguro y tranquilo a las aulas”, dice el religioso.
Según Aguirre es prioritario que los estudiantes vuelvan a las aulas donde los niños y adolescentes tengan la oportunidad de socializar, de compartir y vivir momentos propios de su etapa de crecimiento y formación.
“Tenemos que vencer el miedo. Los niños tienen que volver a las aulas. Hemos dispuesto todo para que estén en su colegio y volver a la normalidad con los cuidados necesarios”, afirmó el rector del colegio Tolimense.
Durante la entrevista del Personaje de la Semana de Caracol Radio, el padre Fernando Aguirre igualmente habló de los cambios que trajo la pandemia en beneficio de la educación. Consideró que el uso de las Tecnologías de la Información permitió descubrir nuevos ámbitos de la educación y lograr que profesores y estudiantes tuvieran mayores competencias.
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De otro lado, aprovechó la ocasión para motivar a los jóvenes tolimenses a dejarse ‘tocar’ por el llamado de Dios y seguir la vida sacerdotal. Consideró que este ministerio trae enormes satisfacciones y permite lograr una vida plena.
