Era la 1:05 de la mañana del 7 de agosto de 1956 en Cali. Las puertas de las casas se abrieron repentinamente mientras las familias dormían. El estruendo causó sordera, confusión y miedo en los habitantes que descansaban en paz.
Sonaron las alarmas de emergencia de la ciudad, fue la señal para que el bombero David Lourido saliera a la calle que estaba convirtiéndose en cenizas.
Eran sus años mozos, con 24 años tenía la vitalidad para atender la explosión ocurrida en el centro de la…