En Villavicencio los índices de suicidio habían subido de manera alarmante y las personas optaban por tomar de decisión de acabar con su vida lanzándose del puente que
conecta el barrio la Azotea con el Galán.
Según Defensa Civil tan solo en el año 2021 se registraron 18 suicidios en el puente, con este número la comunidad del sector se encontraba preocupada por la problemática e insistió a la administración municipal que se tomaran medidas que evitaran los suicidios en este punto de la ciudad.
Savarid Daled, la arquitecta que ejecutó la obra del puente explicó que este se compone de 202 metros lineales por cada costado en tramos de 20 metros de distintos colores, las
mallas tienen 3.5 metros de alto, por lo que, según la profesional, aseguró en ese tiempo que era imposible con esa altura, cometer el acto en el puente.
“Esto evita que las personas lleguen fácilmente a ese nivel de altura para poder lograr el objetivo”, manifestó la arquitecta.
Finalmente, el 10 de diciembre de 2021 se empezaron las labores para llevar a cabo la obra que prometía acabar con la idea de que las personas recurrieran al puente para suicidarse, sin embargo, a pocos días de haberse inaugurado, un joven de 17 años trepó la malla y saltó al precipicio dejando sobre el puente el rastro de sus chanclas. Este fue el primer caso que se presentó el en el año 2022.
De ahí en adelante a la lista de suicidios en el puente se siguieron sumando ciudadanos, como, por ejemplo, Diego Garcés Beltrán, estudiante de Economía de la Universidad de los Llanos, que en agosto el año pasado se lanzó del puente entrando por uno de sus extremos.
En ese mismo año se presentaron intentos de suicidio, un señor de 58 años pretendía tirarse el puente, una mujer intentó quitarse la vida con su hijo menor de edad y también la depresión blanca hizo de las suyas en año nuevo con un hombre que quiso lanzarse al vacío. Para estas personas hubo acciones oportunas que evitaron el suceso, sin embargo, es claro que las personas aún recurren al puente como una opción definitiva de acabar con su vida.
Consultamos con arquitectos e ingenieros sobre la viabilidad que tiene diseñar en el puente alguna estructura que mentalmente, evite que las personas recurran a este puente para acabar con su vida.
El Ingeniero Oscar Ramírez manifestó que la seguridad es un concepto mental “El que se quiere tirar siempre sea la obra que sea va a encontrar la forma de hacerlo, y digo mental por que la idea es que se diseña algo para que parezca que es imposible de interrumpir, pero siempre se puede, solo es hacerle creer al cliente que es muy difícil, por lo que escogería otro puente».
Por su parte, el arquitecto Andrés Felipe Zapata explica que para todo tipo de infraestructura hay un proceso para ejecutarlo y a veces esos procesos restringen elementos que puedan bloquear la accesibilidad de los peatones al puente. “Hay normas que rigen estándares de medidas en los peatones y que obligatoriamente tienen que estar
diseñados de esa forma porque de lo contrario, puede dañar la misma funcionalidad del puente. Si bien hay una problemática, también es una base de trazado urbano que es muy importante”.
Luis Bustamante ingeniero civil, manifestó que independientemente de la estructura que tenga el puente hay que tener en cuenta el sistema de barandajes, “así como en este puente, en otras zonas del país que tienen esta problemática se han puesto mallas o se hacen vallas en forma de arco en la longitud del puente para que no puedan subir, pero es complicado manejar eso porque si las personas ya tienen noción de que en ese puente se puede hacer eso, buscan la forma.”
Entre tanto, la Secretaría de Salud, Ximena Velazco explicó que se están desarrollando acciones entorno a mejorar y fortalecer la salud mental de los ciudadanos “El año pasado arrancamos la activación del centro de escucha a través de una línea telefónica 24 horas donde tenemos personal de psicología en disposición de atender, escuchar y orientar a las personas en temas de salud mental”.
Hasta septiembre del año pasado se registraron 456 persona que intentaron acabar con su vida y 61 suicidios, de esta cifra el 21 porciento de los casos se les tribuyeron a los jóvenes entre 18 y 28 años.
