En el corregimiento de Granada, municipio de Sincé, Sucre, la vida nos presenta a Mari Mar, una niña de apenas 10 años que nos sumerge en la profundidad de la resiliencia humana, demostrando el poder que poseemos para superar las adversidades.
Mari Mar, nombre impregnado de la fuerza del mar, no solo lleva consigo la esencia de las olas, sino la fuerza que emerge cuando la vida decide poner a prueba su coraje.
Su madre, Mardionis Pineda, le dio un nombre sin saber que representaría la fortaleza de su hija frente a un tumor que se desarrolló en su pierna izquierda después de una fractura jugando fútbol.
A los 9 años, Mari Mar, se enfrentó a la dolorosa realidad de la amputación de su pierna izquierda. Sin embargo, la pequeña guerrera ha demostrado que la amputación no es sinónimo de despedida, sino de fuerza y coraje para seguir paso a paso forjando su futuro.
Dos semanas atrás, ingresó a clases en la Institución Educativa de Granadas cursando el 5to grado pero su difícil situación económica no le permitía llevar sus útiles escolares, solo un lápiz y un cuaderno para tomar apuntes.
Un gestor comunitario de la estación de Policía de Magangué y una generosa comerciante, al enterarse de las necesidades de Mari Mar, se unieron para proporcionarle todos los útiles escolares y hasta zapatos en un gesto de vocación de servicio guiados por la empatía, solidaridad y corazón grande.
La hermosa Mari Mar, llena de sueños, es un vivo ejemplo para entender que las dificultades no definen nuestro destino, sino cómo decidimos enfrentarlas y es con la fuerza que llevamos por dentro.