Las constructoras están encendiendo motores y cruzando los dedos para que en 2024 los proyectos que están estructurando salgan para adjudicación. Este es el caso de KMA Construcciones, que espera participar en proyectos carreteros, pero también férreos.
En entrevista con Portafolio, Menzel Amín, presidente de la firma, habló sobre el crecimiento de la firma y el avance de sus proyectos.
(Vea: Qué se debe hacer para reactivar el sector de la construcción este 2024).
¿Cómo les fue en el 2023?
En KMA somos muy optimistas y afortunadamente nos fue muy bien. En 2023 crecimos 30% respecto al 2022. Se debe al trabajo de muchos años, al optimismo y compromiso de seguir creciendo en el país.
Apostamos fuerte a todas las concesiones de tercera, cuarta y quinta generación, por eso se nos fueron adjudicadas las dos troncales. En el primer semestre del año tuvimos un trabajo muy intensivo, poner las troncales al día. Estaban realmente muy deterioradas, las vías llenas de huecos y nos tocó tapar 67.000 huecos en menos de seis meses, una locura. Pero cumplimos y tapamos el 100% de los huecos del proyecto, está al día, funciona muy bien.
Todo lo anterior nos permitió en este primer semestre como empresa tener una facturación muy importante, al igual que con los proyectos que tenemos con el Invías y la Aeronáutica Civil.
¿Cómo van esos proyectos?
En el Invías, tres de los cuatro proyectos que tenemos van supremamente bien, solo uno tiene unos problemas particulares, pero que estamos 100% seguros de la mano de la dirección del Invías podremos solucionarlo.
Con la Aerocivil los proyectos van muy bien. Inclusive, fuimos adjudicatarios del aeropuerto de Tolú, en el Golfo Morrosquillo, un aeropuerto muy importante para la región. Todo eso nos permitió crecer en el orden del 25, 30% y esperamos ir creciendo los próximos años.
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¿Cuáles son las siguientes entregas?
Tenemos dos entregas en aeropuertos, el primero en el aeropuerto de Nuquí, en el Chocó en el que ya se probó la nueva pista para aviones más grandes, lo cual estamos seguros que va a dinamizar el turismo de Nuquí. Y en el aeropuerto de Pasto, terminamos una pista.
En el aeropuerto de Nuquí, tenemos el orgullo de contar que le ahorramos al Estado $10.000 millones en un proyecto de $50.000 millones, es decir, le ahorramos el 20% al Estado con un diseño mucho más robusto.
¿Y en proyectos carreteros?
Tendremos el orgullo de decir que entregamos la tercera concesión: Córdoba-Sucre que ya revertiría la nación. Nosotros venimos trabajando en una iniciativa privada en 2015 y estamos trabajando con el Ministerio actualmente en reformularlo, mirando temas de valorización en algunos sitios especiales. Esa parte estamos trabajando para ver si retomamos nuevamente esa IP para 2025.
¿Qué proyectos de la nueva ola tienen en la lupa?
Estamos en un punto importante de la empresa, donde el crecimiento futuro va muy de la mano de la parte financiera y el apoyo que tenemos de los bancos que han sido muy amplios con nosotros, pero también requerimos informarle a qué proyectos nos vamos a presentar. De parte de KMA, tenemos interés de seguir presentando negociaciones.
Sobre los carreteros, estamos interesados en varios de ellos, y los férreos también. Vamos a depender del apoyo que hemos tenido siempre los bancos para participar en estos nuevos proyectos.
Con lo que ha pasado, ¿ven interés de los financiadores por participar?
Son momentos coyunturales, de estrés. Sin embargo, tanto los financiadores como nosotros, los concesionarios, creemos en el país en el largo plazo. También somos conscientes que hay que cambiar ciertas líneas de comunicación con la comunidad y con los usuarios. De parte nuestra, estamos interesados en seguir participando, sí creemos en el país.
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¿Cómo los impactó el que no hayan subido los peajes?
Si bien el Gobierno tenía sus soportes técnicos para hacerlo, era necesario reactivarlo no por nosotros los concesionarios que estamos, sino por los que necesitamos vengan al país. Necesitamos que siga viniendo inversión extranjera, y de la mano de concesionarios extranjeros o fondos de capital privado, es que se va a construir el país que todos soñamos. Ese es un mensaje muy importante que el gobierno debe dar.
¿Cuáles son los retos de este año?
Creo que el tema de los trenes es muy importante y relevante y hay que retomarlos, pero también creo que no podemos dejar de un lado a las carreteras porque nos rezagamos.
Me gustaría de pronto, como ingeniero, como planeador urbano, poner las ciudades al día. Yo creo que hemos conectado las ciudades desde el límite de los cascos urbanos, pero no estamos en las ciudades teniendo un desarrollo conectado al mundo y con ciertas infraestructuras.
Además hay un reto muy importante que tiene que ver con los usuarios de motos, cada día representa un mayor porcentaje del parque automotor. Como ingenieros civiles nunca lo hemos metido en las cuentas para las vías, pero creo que todos vemos la necesidad de que se empiecen a tener más en cuenta en las fórmulas de desarrollo de tránsito urbano.
¿Deberían pagar peajes?
Es una pregunta muy compleja. Hay que analizarlos como un vehículo, eso empezaría a sacarnos del rezago. Un peaje muy polémico que tenemos es el de Turbaco en el que el conteo dice que pasan 26.000 vehículos, pero no es así, son 52.000 porque pasan 26.000 motos al día. Las motos son importantes y hay que tenerlas en cuenta.
(Vea: Metro de Bogotá: las razones por las que el proyecto no se puede ni debe postergar).
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista Portafolio