En el 2017, Enrique de Inglaterra y Meghan Markle hicieron su primera aparición real y fue una verdadera revolución. Jóvenes, frescos y divertidos, su relación causó un verdadero furor. Sin embargo, había un factor extra que nadie tuvo en cuenta y que la convertirían en una verdadera “influencer”: su forma de vestir y su posibilidad de hacer negocios ‘como un delfín’.
Sacar provecho de una virtud
En esa misma aparición oficial, Markle lució un abrigo color azul marino, y un bolso de piel de una pequeña marca escocesa llamada Strathberry. Lo que parecía una simple presentación, fue el puntapié de un negocio que le cambiaría la vida y le permitiría autopercibirse como una empresaria.
Según un informe de The New York Times, cada vez que la duquesa lucía una prenda o una cartera, esa marca explotaba y rápidamente subía sus ventas. Meghan entendió que tenía el poder de instalar tendencias, de hacer negocios y convertir su figura en una marca registrada.
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Cambio de vida y de perfil
Desde esa primera aparición, la vida de la pareja cambió y mucho. Abandonaron los lujos y la exposición por un perfil más bajo donde la prensa y los chismes no tienen lugar. Sin embargo, en este mundo tan diferente, los negocios siguen siendo el centro de todo y es allí donde Markle entendió que tenía una agudeza particular.
Si cada presentación era una ola de compras y de inversiones, la actriz estadounidense comenzó a apoyar a sus marcas amigas realizando pequeñas inversiones. Estos aportes de capital, no solo le generan ganancias, sino que le permite colaborar con su círculo íntimo.
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Diferentes miradas
Por este motivo es que definió su modesta iniciativa como “un tanque de delfines”, donde sus apuestas son amistosas y casi sin intenciones de hacer un negocio. En el mismo prevalecen los vínculos, el comportamiento social y la capacidad de colaboración por sobre otros factores económicos.
En la vereda de enfrente se encuentran aquellos empresarios que tienen una mirada más agresiva, competitiva y cortoplacista, una característica que puede encontrarse en los tiburones.
Markle cuenta con sus propias marcas y nunca deja de reinventarse, pero el foco está puesto en quienes alguna vez la ayudaron a ser una de las mujeres más elegantes del mundo “Invertir en ellos me ha ayudado a prepararme para este capítulo en el que invierto en mí misma”, sostuvo en alguna entrevista. Sin dudas, una forma sensible y adorable de ver el mundo de los negocios.