Por Wilfrido Solano
La decisión que emerge de la Administración municipal, equivale a una respuesta aproximada del S.0.S que claman los ciudadanos, lo que contribuye a oxigenar para muchos sus ingresos cuya mayor parte utilizan en el pago de los servicios públicos.
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Es el caso de La Yiyo Orozco, una reconocida y ponderada manipuladora de alimentos de gastronomía típica en la Calle 17 con carrera 16; quien sostiene que un día menos de trabajo por decisión del decreto anterior le había obligado a acudir al pagadiario, porque el capital semilla de sus ahorros se le había agotado totalmente y para poder subsistir optó por ese plan B.
Como se recuerda entre las continuas modificaciones decretadas por la administración de Maicao, se hizo vigente la medida de excepción municipal que restringía mediante el toque de queda y ley seca; la actividad económica y de cualquier otro tipo a los habitantes de esta municipalidad enmarcado en el horario 16:01 p. m. hasta las 16:59 a. m. de lunes a viernes y total confinamiento los sábados y domingos.
Por su parte la joven tendera Maty Ramos, agradeció la modificación de la norma municipal ya que es una mujer soltera cabeza de familia, la cual deriva su sustento y el de sus dos niños de lo que vende en su pequeña tienda y mencionó que con el desmonte de la anterior medida y la aplicación del nuevo decreto el 125, se recuperan 10 horas de trabajo de lunes a viernes; más 13 horas del día sábado lo que permite la comercialización de productos con mayor holgura en el mercado y las transacciones bursátiles con menos afugia en la zona bancaria.
Por la aparición del nuevo decreto se percibe para el gusto del ciudadano de a pie, que sigue siendo necesario sujetarse al máximo cuidado por el tercer pico de la pandemia; pero abogan por la distensión de las medidas en sus únicas formas de ingreso económico.
Otro ejemplo de agrado ciudadano lo expresa el mercader chocoano José Moreno, que en su vehículo de tracción humana (carretilla) el día a día de ventas a duras penas le permite tomar sus alimentos, y compartir en arrendamiento una pequeña localidad donde pernocta con su compañera y una niña en edad y desempeño de escolaridad, pero así de esta manera estará menos sujetos a la asfixia económica como el mismo sostiene.