Diario del Huila, Ciudad
Por: Hernán Guillermo Galindo M
Fotos: José Rodrigo Montalvo
Por costos y rapidez en los desplazamientos las motocicletas son la solución de transporte para trabajadores y familias, pero las infracciones y los delitos cometidos exigen mayores controles y sanciones, opinan neivanos.
El número de motocicletas que ruedan por las calles de Neiva es cada día más alto y el crecimiento en las ventas se ha recuperado después de los encierros por la pandemia.
La acogida de las motos se explica en varios factores, principalmente en los costos de comprar y mantenimiento, el costo-beneficio para trabajadores, hombres y mujeres, y la rapidez en los desplazamientos en estos versátiles vehículos que se meten por cualquier espacio, zigzagueando por las vías entre los carros.
“La inmensa mayoría de las que se ven en las calles son de bajo cilindraje, con relativos costos, con una operación de compra bastante sencilla, pues solo se requiere el dinero o una financiación, el seguro de accidentes y la cédula para acceder a la motocicleta”, comenta Faiver Tinoco, vendedor de un almacén de estas máquinas en la carrera quinta.
Efectivamente, uno de los problemas del fenómeno de la ‘motomanía’ es que las autoridades y comerciantes hacen poco por informar que es un aparato de alta peligrosidad, que está comprometido en la mayoría de accidentes viales en la ciudad con saldo de decenas de heridos y muertos.
Para muchos es su medio de transporte diario.
Cifras y accidentalidad
De hecho, las cifras de muertes por accidentes de tránsito, en los dos recientes años, son bastante preocupante para las autoridades y la comunidad.
En el caso de la capital del Huila, los motociclistas en su mayoría son los protagonistas de los accidentes viales, según las estadísticas de Tránsito. De acuerdo a las cifras, las víctimas en siniestros viales han sido personas entre los 17 y 40 años de edad, por imprudencia en la vía o por conducir bajo los efectos del alcohol.
“Las motos de por sí no son peligrosas, el lío es de los conductores que abusan de la velocidad, conducen en estado de ebriedad, no respetan semáforos ni normas de tránsito y las sobrecargan con niños y esposas y con toda clase de productos pesados, largos y peligrosos”, comenta Humberto Lozano, conductor de taxi, que se queja de que todos los días le toca lidiar esta clase de abusos.
Otra visión la cuenta Zoila Minú quien destaca que no es cierto que tener una moto sea un excelente negocio que se paga con los pasajes diarios del transporte público.
“Muchos no calculan los costos de seguros, multas, parqueaderos, gasolina, cuota mensual y la inseguridad que arrastran en las dos ruedas, sin ninguna protección. Entonces la cosa no es tan cierta, si se mira en detalle”, afirmó.
Más allá de la cantidad de máquinas en las calles, para los neivanos consultados por Diario del Huila la preocupación, con rabia, es que muchos motociclistas no son conscientes de las deficiencias y riesgos de andar en motos.
Compiten en los carriles con los carros; no respetan los semáforos; hacen malabares entre vehículos; compiten entre ellos en las calles; no respetan los cruces, que son sagrados; invaden las aceras y las zonas demarcadas para los peatones.
“En pocas palabras, muchos son insensibles e inconscientes de que tienen entre las piernas un instrumento de movilidad y de velocidad a su servicio, que encarna profundo riesgo y amenaza para ellos mismos y para con quienes comparten la vía pública”, manifestó Jorge Murcia, docente del Colegio Claretiano.
El mototaxismo es uno de los problemas anexos.
En defensa del transporte
La contraparte la asume Ernesto Díaz, mensajero. Acepta que la mala fama para el gremio de alguna manera es merecida, “porque muchos no respetan las leyes”, pero de inmediato asegura que tampoco es justo generalizar.
“La gran mayoría respetamos las normas de tránsito, las utilizamos para ir al trabajo, para llevar a una persona, con los papeles en regla. Lo que pasa es que los justos pagamos por los pecadores”, dice.
Sergio Cortés, estudiante universitario, aporta que hay una estigmatización contra los motociclistas que a veces se traduce en represión de las autoridades de tránsito y de policía.
“Otro asunto es el mototaxismo, ‘sin Dios y sin ley’. Aunque a veces se explica en la crisis económica. Lo que ha faltado es que las autoridades pongan atención al tema y lo regularicen”, señala Francisco Perea, chofer de buseta.
Los cruces en lugares no adecuados es una de las faltas más comunes de los motociclistas.
El otro problema que simbolizan las motos y motociclistas, con o sin razón, es la inseguridad urbana. Se les asocia a delincuencia, a robos y hurtos callejeros de toda clase. Se les responsabiliza de participar en la mayoría delitos, amparados en los cascos y en la velocidad para huir.
“No es justo atribuir a todos el destino ilegal que hacen algunos para aprovecharse en hurtos o atracos. Lo que falta es más acción policial, más operativos, no esporádicos, sino permanentes”, asevera Javier Salas, que se desplaza en una moto por la carrera séptima.
Como una solución general señala consultados que se debe iniciar un programa como en otros países con carriles especiales para motos, bajar el cilindraje de los aparatos que hacen domicilios, pero ante todo, debe haber una cruzada para proteger este sistema de transporte con los mínimos de seguridad en donde intervienen motociclistas, autoridades y ciudadanía.
“Este río de motociclistas en las calles, que torea con la seguridad vial, la informalidad y la regulación de tránsito, lleva consigo una honda estigmatización por cuenta de la inseguridad urbana. A eso hay que darle solución”, concluye el exfuncionario de Movilidad, Alberto Gómez.
Transitar sin casco también se ve de manera frecuente.
Opines
Neivanos del común fueron consultados por Diario del Huila y así comentaron sobre esta situación en evolución en la ciudad:
Foto 1
Renato Barón
“Son muy contados los que saben conducir motocicleta en Neiva dentro de las normas de tránsito. Muchos incluso manejan hasta borrachos, es un caos. Se deben endurecer los controles y castigos para los infractores”, comenta.
Foto 2
Arturo Caicedo, pensionado
“La autoridad, debería de tener más presencia, hay gente que no respeta los semáforos, invaden los andenes, los deben meter en cintura. Claro que hay quienes, si respetan, pero que haya más controles”, dice.
Foto 3
Alonso Ramos, informal
“Hay mucha moto en Neiva que se convierte en un problema, se debería de controlar a quien se le vende y sobre todo a quien le dan el pase. Muchos son irresponsables y contribuyen al caos vehicular”, refiere.
Foto 4
Marleny Medina, vendedora en el parque
“Que quienes manejan tengan más cuidado, que no se pasen los semáforos en rojo, que tengan precaución y a las autoridades que sean efectivos los controles. Que haya mayor rigor en los exámenes para el pase, indica.
La moto medio de transporte que da independencia y sensación de libertad.
