La extorsión se ha convertido en uno de los mayores flagelos que afectan a Santa Marta. Comerciantes, transportadores y mototaxistas han denunciado ser víctimas de amenazas constantes por parte de grupos armados ilegales que operan en la región.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por controlar esta problemática, la percepción de inseguridad crece, especialmente en los sectores turísticos y comerciales.
El modus operandi: miedo como herramienta de control
Esta semana,…